La Xunta acata la renuncia de Rajoy al Parador de Muxía prometido por Aznar
El Gobierno central alega el déficit de la empresa de paradores
Dos ministros de Zapatero se desplazaron en septiembre de 2011 para colocar la primera piedra. El Gobierno de Rajoy anunció ayer, seis meses después, que será la última. En eso se quedará el tantas veces prometido y reclamado Parador Nacional de Turismo de Muxía, la promesa estrella de 2003 del entonces presidente José María Aznar en compensación por la catástrofe del Prestige para la denominada zona cero de aquella gigantesca marea negra.
El titular de Industria, José Manuel Soria, alegó que el déficit de tesorería de 100 millones que arrastra la sociedad Paradores de Turismo impide seguir adelante con nuevas construcciones. Incluida la prevista en la Costa da Morte cuyas obras, hace seis meses y tras superar siete años de obstáculos, tenían al fin todas las cartas para arrancar de una vez. Con un coste estimado en 25,7 millones de euros, aunque sólo había una partida inicial de 100.000 euros en los Presupuestos del Estado para el pasado año, la construcción de un inmueble con un destacado diseño para un rincón privilegiado al pie del Atlántico, obra del arquitecto vigués Alfonso Peneda, fue adjudicada a la empresa pública Tragsa. Tenía que estar empezada con un plazo de ejecución de 36 meses.
El anuncio de la renuncia cayó como un jarro de agua en la comarca que confiaba en este complejo hostelero de lujo para situarse en lugar preferente en un sector, el turístico, en el que pone todas sus esperanzas como vía de escape de la crisis. El alcalde de Muxía, el socialista Felix Porto, reserva sus declaraciones para hoy. Fue el líder de su partido, Pachi Vázquez, el que abordó el asunto ayer en el debate del Parlamento sobre el estado de la Autonomía. "No hay un presidente que pueda llamar a Madrid" para que reconsideren esta renuncia, "¿Qué pinta usted, señor Feijóo?", exclamó el portavoz del PSdeG. El titular de la Xunta le replicó asegurando su "preocupación" por el proyecto tanto cuando estaba en la oposición como ahora al frente del Gobierno gallego. Pero Feijóo dio por válidos los argumentos del Ejecutivo de Rajoy sobre el déficit de Paradores. Y responsabilizó a los socialistas de que Muxía se quede sin él. “Con el déficit oculto de 27.000 euros que tenían ustedes no tuvieron tiempo en ocho años en hacerlo”, aseveró. Incluso arguyó que “la adjudicación a dedo y sin concurso” de la obra a una empresa pública “encareció el coste del proyecto un 20%”. “No se puede parar lo que no se estaba construyendo”, concluyó el presidente gallego bajo una ovación de su grupo del PP. Y aseguró que se hará, sin concretar cuándo ni cómo.
Cuando en septiembre de 2011, los entonces ministros socialistas Francisco Caamaño y Miguel Sebastián dieron por irreversible la construcción de este complejo hotelero —”un objetivo ambicioso pero posible”, aseguraron— Feijóo se declaró “expectante” por un parador “comprometido hace siete años". Pasaron más de nueve desde la catástrofe del Prestige y “son ustedes los que se lo cargaron”, reprochó ayer la portavoz parlamentaria del BNG, Ana Pontón. “Ya vemos su compromiso y su papel para con Galicia y la Costa da Morte”, remachó.
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