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EL JUICIO DEL ‘CASO ANESVAD’

Exempleados testifican que los proyectos recibían una “cantidad ridícula”

El denunciante inicial de las irregularidades desmiente que buscase ascender

La ONG Anesvad solo dedicaba a proyectos de solidaridad una “cantidad ridícula” de los millones que recaudaba entre sus socios y colaboradores, ya que el expresidente José Luis Gamarra “paralizaba” las inversiones. Así lo aseguraron ayer algunos de los exempleados que comparecieron como testigos en la Audiencia de Bizkaia durante la cuarta jornada del juicio sobre la supuesta apropiación de fondos de la entidad. La fiscalía pide seis años de cárcel para el principal acusado, así como para los exdirectores José Miguel Sustacha y Francisco Martínez.

Los antiguos trabajadores de la ONG destacaron ante el tribunal el éxito que tuvieron las campañas de captación de ingresos para iniciativas benéficas, ante lo que se hizo evidente un creciente “desequilibrio” entre los donativos recibidos y las inversiones, que no aumentaban en la misma proporción. Uno de los trabajadores reconoció incluso ante la juez que la sensación entre la plantilla era que no se destinaba a proyectos “todo lo que se debía”, ya que la obligación para una ONG como Anesvad es dedicar, al menos, tres cuartas partes de su recaudación.

Un extrabajador relata que Gamarra “usaba” el dinero destinado a Culión

El mismo testigo indicó que “se sabía en la oficina” que Gamarra “vivía de una cuenta” en la que se recibían las aportaciones para Leprosería Culión, uno de los proyectos independientes en los que participaba Anesvad. A esos fondos solo tenía acceso el expresidente y los “usaba” también, según este testimonio, para “dar gratificaciones” a sus empleados más fieles.

Si el pasado miércoles prestaron declaración en la Audiencia empleados que accedieron a Anesvad, en su mayoría, por su relación personal con Gamarra, ayer lo hicieron quienes pasaron a formar parte de la plantilla tras superar distintos procesos de selección.

José Luis Gamarra.
José Luis Gamarra.

Entre ellos, compareció como principal testigo quien destapó la supuesta trama en 2006. Como había detallado previamente la secretaria del expresidente, el antiguo empleado ratificó que el extravío de un cheque personal que debería haber llegado a su nombre, pero lo hizo al de la ONG, fue el que motivó las pesquisas que permitieron descubrir las irregularidades en la gestión.

El testigo incidió también en la conexión que había entre las cuentas de la ONG y las de varios proyectos que, de forma paralela, gestionaba en exclusiva Gamarra. Según reconoció ante el tribunal, las bases de datos con los socios de Anesvad se reutilizaban para campañas destinadas a conseguir fondos para otras iniciativas en las que solo se colaboraba, como la de Misión de China. Aunque los ficheros eran independientes, se gestionaban desde un departamento único de logística, relató.

El antiguo empleado desmintió también la acusación de “trepa” que contra él había vertido dos días antes el propio Gamarra. Según confesó, en ningún momento pretendió ningún ascenso al comunicar al expresidente las irregularidades detectadas.

Al contrario, acusó a su antiguo superior de negarse a despedir a los dos exdirectores implicados. También negó ante la juez las supuestas amenazas de revelar en público lo sucedido si no se le abonaba una determinada cantidad de dinero a cambio de su silencio. “Fui despedido de forma improcedente y me limité a reclamar la mejor indemnización”, manifestó.

El juicio continuará hoy con la declaración de más testigos, antes de afrontar, a partir del lunes, su última semana con las periciales y los informes de las partes.

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