Porciones del 'botxo'

Un autobús azulito, Boni, el barquillero, y la Loca de Arriquibar en pleno centro de Bilbao. La capital vizcaína retrocedió ayer varios años y dejó muchos de sus personajes y lugares más emblemáticos en las manos de decenas de vecinos de la villa. La Alhóndiga acogió el sorteo popular de 74 de las 84 láminas de la exitosa exposición De Bilbao de toda la vida, creada por el periodista y pintor Tomás Ondarra, redactor jefe de Infografía de El PAÍS, que estuvo expuesta en el atrio del centro cultural entre el 2 de diciembre y el 15 de enero pasados.

Minutos antes del sorteo, el único azulito que queda —circularon entre 1968 y 1989—aparcó en el cruce de la calle Fernández del Campo con Iparraguirre para sorpresa de los viandantes. “Mira, yo solía montar en uno así. Ahora me parece tan pequeñito...”, le explicaba una mujer a su hija. Con un cartel colgado que rezaba: Plazas libres, el clásico vehículo, hoy conservado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao, es el protagonista de una de las láminas de Ondarra.

Ya durante el sorteo, el vicepresidente de la Alhóndiga y concejal del Ayuntamiento de Bilbao, José Luis Sabas, repartió diez ilustraciones a sus protagonistas o sus familiares en persona. Así, por ejemplo, la mujer y la hija de Alejandro, El Niño de la Prensa, se acercaron al centro cultural, igual que La Otxoa, representantes de Turrones Iváñez, Sombrerería Gorostiaga o la pastelería Arrese, homenajeada por sus trufas.

La recopilación de símbolos ‘chirenes’ atrajo 38.000 visitas en mes y medio

Boni, el barquillero, a sus 81 años no podía contener la emoción. Apoyado en su bastón, el popular vendedor de la plaza elíptica, subrayó con orgullo que sus patatas fritas las hacía “él mismo”. “Ya no hay nada parecido”, señaló con aplomo en presencia de su hijo. Boni conserva intacto cada recuerdo de su vida, pero guarda con especial cariño el día de su boda con Amparo Ruiz, el día de San Valentín de 1957.

Varios de los participantes en el sorteo quisieron seguirlo en directo en la sala Bastida de la Alhóndiga. Boleto en mano, cotejaron sus números con los elegidos a través de un sistema informático. “Me encantan, qué pena que no me haya tocado ninguna”, se dolía una mujer entre el público. Los agraciados podrán recoger sus láminas en Infopuntua entre el 1 y el 10 de marzo.

La exposición fue una de las más celebradas de la historia de la Alhóndiga, con 37.800 visitas, y hubo que prorrogarla. La muestra se completó con la edición de un libro recopilatorio, editado por BBK, que se agotó. Los textos que acompañan las imágenes son del periodista Jon Uriarte. Sabas leyó ayer una carta de Ondarra, que no pudo estar en el sorteo pero lo siguió “emocionado” vía Internet, en la que se felicitó por el éxito de las láminas y confió en que los agraciados las disfruten “como yo haciéndolas”. “Ha sido una de las labores más gratificantes de mi carrera”, admitió.