Unnim no abonará los intereses de preferentes y obligaciones

Unnim ha decidido suspender el abono de intereses de una emisión de participaciones preferentes y tres de obligaciones subordinadas, el pago de las cuales estaba condicionado a que la entidad, hoy en manos del Estado, tuviera un "beneficio distribuible suficiente" y a los resultados de 2011, según ha informado hoy la antigua caja catalana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Una portavoz de la entidad ha explicado que el ganador de la puja por Unnim -en la que participan ahora Santander, BBVA, Ibercaja y Popular- deberá asumir el pago de los cupones correspondientes a las emisiones de deuda, mientras que los derivados de las preferentes quedarán sin cubrirse.

Unnim Banc, el banco al que la antigua caja traspasó su negocio financiero, ha comunicado a la CNMV que el 29 de febrero no abonará los intereses derivados de una emisión de participaciones preferentes. Lo mismo hará con las rentabilidades de dos emisiones de obligaciones subordinadas cuyo pago debía ejecutar también mañana y el 1 de marzo. Según la entidad, las dos últimas operaciones ya preveían el supuesto de que se suspendiera esa retribución si la entidad no obtenía beneficios.

Por último, Unnim tampoco pagará el interés trimestral previsto el 1 de marzo correspondiente a una emisión de obligaciones subordinadas especiales vinculadas a los resultados de 2011. Estas rentabilidades, según la entidad, serán acumulables y se harán efectivas de forma "diferida" si se cumplen las condiciones previstas. Fuentes de Unnim explican que son cuatro productos antiguos, que los inversores adquirieron entre 1988 y 1990, lo cual explica que prevean que en caso de registrar pérdidas no se abonen los intereses. "Ya no hay productos posteriores como estos", ha afirmado una portavoz, que ha agregado que los intereses que no se abonarán suman 120.000 euros.

Hasta el tercer trimestre del año pasado, Unnim registró unos números rojos de 107 millones de euros por el deterioro de su cartera crediticia e inmobiliaria, y el impacto del coste de la reestructuración de la entidad tras la fusión de las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu. La tasa de morosidad se disparó hasta el 8,34%.