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Recortes a cuerpo de rey

La cúpula de la Universidad Pompeu Fabra se gasta 6.305 euros en una reunión en un hotel 22 personas durmieron en un cuatro estrellas y comieron en un reconocido restaurante El centro ha prescindido de más de 300 profesores asociados por falta de recursos

Josep Joan Moreso, rector de la UPF.
Josep Joan Moreso, rector de la UPF.

La cúpula de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) se ha gastado 6.305 euros en dos jornadas de trabajo celebradas hace dos semanas en el hotel La Mola de Terrassa (Vallès Occidental). En el encuentro participaron un total de 22 personas, entre miembros del consejo de dirección (el rector, Josep Joan Moreso; vicerrectores...) y de gerencia, además de la presidenta del consejo social de la universidad.

La factura refleja que entre el pasado 14 y 15 de febrero, 22 personas se alojaron en el hotel La Mola, según ha avanzado hoy el diario La Vanguardia. Se trata de un cuatro estrellas superior que forma parte de un complejo de convenciones y ocio situado en un entorno natural, e incluye servicios como un campo de golf y un spa. Por pernoctar en el hotel, la universidad pagó 106,92 euros por cada una de las 22 habitaciones reservadas, lo que se traduce en un total de 2.352 euros. A esta cifra hay que sumar 1.348 euros por un paquete de reuniones, que según la información del hotel incluye disponer de una sala con Internet y pantallas de televisión, además de un servicio de café permanente y un almuerzo. La reunión también incluyó una visita de 1.100 euros al restaurante del hotel, que cuenta con la firma del cocinero egarense Artur Martínez, poseedor de una estrella Michelin.

La universidad ha hecho público hoy un comunicado en el que defiende la celebración de este tipo de reuniones y justifica que su coste “representa poco más del uno por mil de la nómina mensual de la UPF”. Según la dirección del centro, este tipo de encuentros “son útiles” y se realizan fuera del campus para fomentar “una mayor intensidad de trabajo y una mayor concentración”. La UPF convoca estas reuniones dos veces al año (en septiembre y en febrero) para coordinar las diferentes áreas y diseñar las líneas estratégicas de futuro del centro; pero, debido a la crisis, este curso académico se ha suprimido una de ellas, la que tenía lugar a principio de curso.

Dentro de estas líneas de futuro, la universidad debe afrontar un duro panorama económico dominado por los recortes presupuestarios de la Generalitat. La UPF ha visto reducido su presupuesto –que asciende a 122 millones- en ocho millones. El Gobierno catalán recortó su aportación a esta universidad un 15% en 2011 y este ejercicio también la ha reducido un 2%, lo que se traduce en 1,5 millones.

La UPF tiene activado desde finales de 2010 un plan de viabilidad que incluye el objetivo de ahorro de tres millones anuales hasta 2014. Entre las medidas de ahorro figura el cierre del campus en agosto, Navidad y los fines de semana, además de la no renovación de los contratos a más de 300 profesores asociados. La universidad también ha aumentado sus ingresos triplicando las tasas de máster que pagan los alumnos extracomunitarios. Con todo, la UPF defiende que cerró el año pasado con equilibrio presupuestario y que la universidad no vive tensiones de tesorería y paga puntualmente a sus proveedores.

La dirección de la UPF ha criticado la “forma demagógica” en que se dan a conocer noticias sobre los gastos de gestión de los altos cargos, que interpretan como “un escalón más de la campaña de descalificación y desprestigio de todo el sector público”, según el mismo comunicado.

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