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La CIG advierte que la unidad de acción depende de las centrales estatales

Los dos sindicatos tratan de forzar el cambio de la reforma labora en su trámite parlamentario. La CIG considera que se equivocan aplazando la posible convocatoria de huelga.

“El camino de la confrontación social está abierto”, declaró ayer José Manuel Sánchez Aguión, secretario general de CC OO, en su valoración de la masiva respuesta de rechazo, el domingo, a la reforma laboral planteada por el Gobierno, “un auténtico atraco social”, según el líder sindical. Tanto él como José Antonio Gómez, su homólogo en UGT, apuestan por continuar las movilizaciones, “de modo creciente y sostenido en el tiempo” para forzar al Gobierno a modificar en el trámite parlamentario los términos de la reforma, mientras que Suso Seixo, secretario general de CIG, considera que, como demostró la movilización del domingo, “hay un nivel de sensibilidad grande en la población que debería aprovecharse: el aplazamiento de la convocatoria de huelga es un equivocación”, afirma.

La huelga general no es un fin, sino un instrumento, coinciden en precisar Sánchez Aguión y Gómez. En esta medida, prefieren seguir las “explicaciones” de la reforma en asambleas en los centros de trabajo y secundar la convocatoria de la Confederación Europea de Sindicatos, el próximo día 29, para pedir a las instituciones comunitarias un “cambio de rumbo” en sus políticas.

“Hay alternativas y otras formas de hacer bien las cosas”, sostiene José Antonio Gómez. “La pelota está ahora en el tejado del Gobierno y aumentará la conflictividad si rompe todos los marcos de interlocución”. En este “relativo” compás de espera y “respetando la actuación de la CIG, que consideramos precipitada y que tampoco tiene mucho sentido su convocatoria en solitario”, UGT “no descarta nada”, aunque la huelga general será “el último recurso”.

CC OO comparte esta tesitura y la advertencia al Gobierno de que puede “evitar movilizaciones cada vez más duras contra la situación actual”. Sánchez Aguión entiende que ahora es el momento de la “concienciación” y “si eso se tiene que traducir en una movilización más contundente y en una huelga, porque el Gobierno hace oídos sordos, se hará”. “Habrá movilizaciones, las que sean necesarias, antes de la huelga general y, seguramente, si hay huelga, después de la huelga”, afirmó.

“Los sindicatos nacionalistas tienen su propia dinámica, que nosotros respetamos pero no compartimos”, reiteró ayer Sánchez Aguión. El secretario general de la CIG, Suso Seixo, entiende que la convocatoria de huelga “está más que justificada” y que su aplazamiento es “una equivocación”, ya que debería aprovecharse el nivel de sensibilidad que demostraron las manifestaciones del domingo. Sin hacer causa del 29 de marzo, Seixo opina que la fecha apropiada ha de ser “antes de que el Parlamento apruebe la reforma”, es decir, si no el 29, sí en el mes de marzo. La CIG está abierta a la unidad de acción “pero en este caso depende de ellos”, dijo Seixo.

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