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Un árbol seco, 10 euros menos

El Ayuntamiento de Madrid define los parámetros para reducir el pago a las empresas de limpieza si incumplen

Colocado entre la espada de sus estrecheces económicas y la pared de la insatisfacción ciudadana, el Ayuntamiento de Madrid ha empezado a cambiar su forma de evaluar los servicios municipales (que prestan otras empresas a cambio de dinero público) para mirar la ciudad desde la óptica de sus habitantes.

Así, sus técnicos empezarán en breve a recorrer las calles y parques en busca de calvas en el césped, ramas muertas en los árboles, pipas o papeles en el suelo, papeleras llenas a rebosar, etcétera. Irán poniendo una muesca en su informe por cada fallo que encuentren. Y si el resultado es tan deprimente como el que perciben los ciudadanos en algunas ocasiones, se castigará a la empresa responsable como más le duele (y más beneficia al Ayuntamiento): recortándole dinero del pago comprometido.

Con unos parámetros definidos, se realizarán controles aleatorios (por ejemplo, un 10% de los árboles de una zona) para detectar las infracciones inaceptables y críticas. El contrato estipula un porcentaje máximo en ambos casos: por ejemplo, en el caso de los árboles muertos, se examinará en octubre todos los plantados durante los meses anteriores; se considerará una infracción inaceptable si el porcentaje oscila entre el 10% y el 20%, y crítico si es superior. En el primer caso, se aplicará una rebaja del 0,45% sobre la partida presupuestaria y en el segundo caso, del 1,25%.

Mantener las farolas encendidas, remendar los baches y grietas en el pavimento urbano, regar los parques, barrer las aceras, baldear las calles y recoger la basura de las viviendas son servicios que el Ayuntamiento de Madrid delega en “cinco o seis empresas” privadas, y en unos 80 contratos diferentes. El PP se comprometió antes de las elecciones municipales de mayo de 2011 a aglutinar todos los servicios en un puñado reducido de contratos de mucho mayor volumen y duración. Además, apostó por introducir un nuevo modelo de gestión: en lugar de controlar los recursos aportados por las empresas adjudicatarias, examinaría los resultados obtenidos, y descontaría parte del pago en caso de no satisfacer unos objetivos marcados.

En la actualidad, a las empresas no se les exige que las aceras estén limpias, sino que haya un número determinado de barrenderos en las calles o que los camiones de basura pasen tantas veces a la semana. Eso, sumado al recorte presupuestario aprobado en junio de 2010, y a los turnos de veraneo de los empleados de limpieza, generó el pasado otoño protestas por la suciedad de la ciudad.

El nuevo sistema de pago por objetivos funciona ya en la Calle 30 y en el servicio de atención Línea Madrid, donde lo que importa no es la plantilla, sino el grado de satisfacción de los ciudadanos. El Ayuntamiento va a extenderlo ahora a los principales servicios del área de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, que suma el 67% del presupuesto municipal no financiero del que cobran unos 23.000 trabajadores.

Pero para ello deberá esperar al menos hasta el primer semestre de 2013, cuando haya vencido el 80% de los contratos vigentes. El Gobierno local ya ha aprobado la licitación del primer contrato para la limpieza urbana y mantenimiento de zonas verdes de Arganzuela, Retiro y Salamanca, por 24,3 millones.

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