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decoración

Ikea entra en Arco por la sala de los VIP

Teresa Sapey diseña la sala más exclusiva de la feria con el patrocinio del coloso sueco

Anatxu Zabalbeascoa
La sala VIP de Arco diseñada por Teresa Sapey y decorada con artículos de Ikea.
La sala VIP de Arco diseñada por Teresa Sapey y decorada con artículos de Ikea.

Sin presupuesto para diseñar la sala VIP —un gran salón, restaurante y bar con capacidad para más de 200 personas— Arco decidió convocar un concurso en el que animaba a interioristas y arquitectos a presentar propuestas con diseño y patrocinador: trabajar y pagar, una jugada redonda. ¿Qué ofrecía a cambio Ifema? Escaparate y oportunidad: durante una semana pasarían por esa sala para gente importante los mejores clientes y los más destacados galeristas y artistas. Por lo menos los que más ganas tuvieran de tomar algo, hablar o sentirse importantes. La arquitecta Teresa Sapey no se lo pensó dos veces y llamó a la puerta de Ikea.

Con el coloso sueco lograba tres en uno: sorpresa, firma de prestigio internacional y un amplísimo catálogo de telas, muebles, lámparas y todo tipo de recursos para disponer libremente. “Creo que es una gran oportunidad para todos”, asegura la italiana, convencida de que Arco es uno de los mejores escaparates internacionales para comunicar una imagen “digna, creativa y realista de España en un momento complicado”.

“Lo que nos va a salvar de la crisis es un producto nacional que no tiene precio: la creatividad”, asegura Sapey, que considera que los ingleses carecen de esa ventaja y, sin embargo, se han hecho con el mejor museo del diseño y hasta han conseguido que bauticemos los productos y las profesiones (lighting designer, art director) con su idioma. Vaticina que en Arco “la gente no reconocerá a Ikea. Y eso les dará qué pensar”. Sapey opina que la moda y el diseño de hoy son mezcla: Hermés con Zara y Cappellini con Ikea. Y cuenta que es en esa combinación donde al final aparece la singularidad sobreviviendo a una era de comercio global.

En Arco, en la sala decorada con telas rojizas y palés trabajados como si fueran ladrillos para formar bancadas, mesas y paredes, la diseñadora ha construido un ambiente desenfadado y repleto de ideas e ingenio. La firma sueca demuestra así versatilidad a la hora amueblar no solo hogares sino también restaurantes, comercios y oficinas. “Tenemos que romper con la mentalidad ridícula que nos lleva a pensar que lo que cuesta poco vale poco. El metro cuesta poco usarlo y vale mucho tenerlo. Los empresarios deben tratar de que sus productos cuesten poco sin restarles calidad y los diseñadores debemos esforzarnos en combinar para singularizar las propuestas”, sostiene Sapey.

Elegida arquitecta del año por la revista Wallpaper y con proyectos en Nueva York e Italia, Teresa Sapey ha construido su currículum a base de constancia y golpes de ingenio. Cuando no quedaba una sola estancia libre en el hotel Puerta América de Madrid —en cuyo diseño colaboraron Norman Foster, Zaha Hadid, Jean Nouvel y un largo elenco de figuras internacionales— Sapey propuso arreglar el garaje. E inició un lustro de reformas coloreadas en muchos de los nuevos aparcamientos de Madrid y Valencia.

Algo así sucede ahora en el gran salón de reuniones de Arco. El material —las tablas de madera que sirven para facilitar el almacenaje de mercancías— teje un micromundo que acerca el arte a la arquitectura. Pero a una feria de arte no se va a competir. Por eso Sapey se ha puesto otros objetivos: comunicar la creatividad española, enviar el mensaje de que es posible un diseño democrático y singular a la vez y abrir el futuro de Arco al diseño, como hacen ferias de arte como Art Basel.

¿Por qué no hay diseño en Arco? El diseño hoy son piezas de 30.000 euros, pero también de 300 y de 30. “¿Por qué no enviamos nosotros ese mensaje?”, pregunta. Con la entrada de Ikea en la sala más exclusiva de Arco, el mensaje puede haber sido enviado ya.

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