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Baltar comienza su mandato dando ayudas al Club Deportivo Ourense

A los 3 días de asumir la presidencia de la Diputación firmó una subvención de 127.000 euros para el exequipo de su padre

Baltar Blanco en la toma de posesión como presidente de la Diputación
Baltar Blanco en la toma de posesión como presidente de la DiputaciónNACHO GÓMEZ

El pasado 6 de febrero, José Manuel Baltar Blanco tomó posesión del despacho que durante 22 años consecutivos asistió a la intrahistoria del baltarismo que con fundó y desarrolló su padre. El día 9, el segundo de la saga de los Baltar estampó en ese mismo despacho su firma presidencial: para conceder una subvención, de 127.000 euros, al Club Deportivo Ourense SAD.

El CD Ourense es el mismo club investigado por la Fiscalía y al que el fundador del baltarismo concedió ayudas económicas de la misma institución que presidía mientras era dueño del club y presidente del PP provincial. Las arcas de la Diputación alimentaron constantemente las maltrechas finanzas de un club cuya directiva ha estado siempre vinculada al mismo Partido Popular. Parientes de algunos de los directivos tienen o han tenido empleos en la Diputación.

En realidad, la firma con la que se estrenó el sucesor en el uso del cargo institucional no ha hecho más que consolidar el acuerdo de su progenitor. La nueva subvención al club fue una propuesta de su padre al pleno de diciembre de 2011 en la que se acordó —con los votos de la mayoría absoluta del PP— consignar con cargo al presupuesto general para 2012 la cantidad mencionada en concepto de “fomento para el deporte”.

La segunda generación mantiene el fondo aunque no las formas del baltarismo tradicional en el feudo provincial de la Diputación. Apenas puesto un pie en el salón presidencial, José Manuel Baltar Blanco firma las ayudas heredadas de su progenitor, pero deshace el núcleo férreo en el que se ha apoyado durante dos décadas el exbarón y que, con su renuncia, él ha heredado. La parcelación en 14 áreas de las competencias de la institución ha cogido con el pie cambiado a los propios diputados del baltarismo. No es solo que ahora tengan más trabajo —sin compensación económica a cambio— con ese reparto de competencias, sino que se cuestionan cómo podrán acometerlas.

El nuevo presidente generó malestar en el núcleo de alcaldes fieles a su padre

Si un diputado de la comarca del Ribeiro necesita tramitar alguna cuestión medioambiental, deberá acudir a Chandrexa de Queixa (en el otro extremo de la provincia) en donde es alcalde el diputado Francisco Rodríguez, al que Baltar Blanco le entregó las competencias de Medio Ambiente. El mismo regidor que en 2007 presidía una central hidroeléctrica investigada por la Fiscalía. Cuando constituyó la empresa, el alcalde de Chandrexa y ahora diputado responsable de Medio Ambiente pidió excedencia en su puesto de funcionario de Agricultura como jefe de Extensión Animal en Trives.

En el reparto de áreas de la institución que ha hecho el nuevo presidente, el alcalde de Muíños, Plácido Álvarez —cuyo hijo aprobó in extremis del mandato de José Luis Baltar una oposición para la misma institución— asume las competencias de “Creación de empleo y relaciones empresariales y sindicales” mientras que el de Baltar, Juan José Feijóo, imputado por coacciones, se hace cargo de la “Promoción e imagen de la provincia” y el regidor de Pereiro de Aguiar, Eliseo Fernández, que en 1997 espantó a tiros de escopeta a un piquete de huelguistas que se habían acercado a la empresa de chatarra y hojalata de su propiedad, asume la “Organización administrativa”.

Junto a ellos, Emilio José Pazos, alcalde de Trasmiras, exgerente del Centro Ecuestre de la Diputación en donde —según denunció en su día la oposición— 17 empleados de la Diputación atendían 15 caballos, se hace cargo de “Sectores productivos y cooperativismo”.

En esta parcelación de las competencias de la institución, el alcalde de Avión, Antonio Montero, se hace cargo de los sectores agroalimentario, termalismo, pizarra y textil. El sector pizarrero ourensano se encuentra en el extremo opuesto a su municipio.

El malestar que mastican los 14 diputados es comparable al de algunos funcionarios que han sido expulsados del paraíso de las proximidades de la presidencia de la Diputación.

Desde que el pasado 6 de febrero Baltar Blanco tomó posesión del bastón de mando de manos desu progenitor, acabó con las formas tradicionales del baltarismo pero mantuvo el fondo. Expulsó del paraíso de la antesala de su despacho a los 4 funcionarios con los que contaba su padre y colocó a los suyos.

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