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ÓPERA

Mozart habla en euskera

El Teatro Arriaga acoge sus primeros pases de ópera para niños en este idioma La ABAO prevé impulsar estos espectáculos

Asistentes a la ópera infantil en el Teatro Arriaga.
Asistentes a la ópera infantil en el Teatro Arriaga.SANTOS CIRILO

Los adeptos de la música clásica y a la ópera peinan, en la mayoría de los casos, unas cuantas canas. Para dar la vuelta a esa tendencia, o al menos para generar cierto caldo de cultivo de futuros aficionados, el pasado fin de semana y en la mañana de hoy las butacas del Teatro Arriaga de Bilbao han estado reservadas para unos espectadores inusuales en este mundo, que han acudido prestos a conocer de cerca los entresijos de la ópera a base de risas, música y color.

Un 'rap' cierra

Esta vez, lo han hecho con Bost Axola Bemola, la versión en euskera de la obra lírica para niños Ni fu ni fa sostenido, estrenada en 2010 y coproducida por el Arriaga y la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO). La obra, creada por el tenor Enrique Viana, es la primera adaptada a este idioma y abre la vía a espectáculos líricos en euskera para niños. La ABAO quiere potenciar este tipo de espectáculos en futuras temporadas a través de su programa infantil, ABAO Txiki. Esta temporada, los niños tendrán 21 actividades programadas.

La jefa de limpieza del Teatro Arriaga, Doña Bego, ataviada con su bata azul y con llamativos complementos naranjas, explicaba ayer a los más jóvenes con gracia y cierta picardía las distintas voces de la ópera. De algo le sonaba, ya que tras la capa de maquillaje de Doña Bego se encontraba la mezzosoprano lekeitiarra Itxaro Mentxaka.

La señora

En un teatro a rebosar, el recorrido por la ópera, necesario para entenderla y valorarla lo suficiente para rascarse el bolsillo y pagar la entrada cuando los niños se conviertan en adultos, se hizo a través de las obras más conocidas del panorama musical. Eso sí, a base de risas protagonizadas por “cuatro cantantes, dos actrices, dos funcionarios, un pianista y lo que surja”, definía su creador, Enrique Viana, la pasada semana. Las explicaciones se basan en un texto “comprensible y muy dinámico”, según el tenor, como contrapunto a una visión “muy seria” desde el punto de vista musical. Para terminar el espectáculo, eso sí, no falta un guiño a la modernidad a base de rap.

Obras de Mozart, Rossini, Wagner, Gounod, Bizet o Donizetti se volvieron así, durante los 60 minutos que dura el espectáculo, en creadores más accesibles para un público habitualmente alejado de estos autores.

Accesibles, no únicamente en el lenguaje utilizado, sino también en el coste de las entradas. Los nueve euros que los padres tuvieron que abonar por cada retoño —los adultos pagaron 13— están a años luz de los 309 euros que se llegan a abonar en el Teatro Real de Madrid por La clemenza di Tito, de Mozart, espectáculo que ahora se puede disfrutar en la capital española.

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