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El PP exige ahora a CiU un pacto más allá de los presupuestos de 2012

Sánchez-Camacho quiere más poder en TV-3 y más ajustes en el sector público

Protesta contra los recortes en el hospital de Bellvitge, ayer en el Parlament.
Protesta contra los recortes en el hospital de Bellvitge, ayer en el Parlament.CARLES RIBAS

Al Partido Popular no le basta con las importantes modificaciones que ha conseguido introducir al proyecto de presupuestos del Gobierno de CiU. La formación de Alicia Sánchez-Camacho teme que, una vez que haya dado el visto bueno a las cuentas de Artur Mas, este se desentienda de un socio tan incómodo para los nacionalistas catalanes y acabe por acercarse a Esquerra Republicana o, peor aún, al PSC. De ahí que en la recta final de la negociación presupuestaria el PP se haya sacado de la manga otra reivindicación de calado: el PP quiere garantías de que CiU seguirá contando con ellos durante todo el año como contrapartida para aprobar las cuentas. Es lo que ayer denominó como “acuerdo político” el portavoz del PP en el Parlament, Enric Millo, y que incluye carpetas tan sensibles como el reparto final de poder en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales —el PP busca normalizar su imagen en TV-3— y el adelgazamiento de varias empresas públicas.

Aunque Millo evitó reclamar un pacto estable de legislatura entre CiU y PP, reconoció que si existe un “compromiso global” entre ambos partidos será más difícil que PSC y ERC puedan influir sobre el Gobierno.

Otras medidas que el PP catalán busca impulsar junto a CiU son una ley de emprendedores propia para Cataluña —en la línea de la que quiere impulsar el Gobierno central—, aumentar los mecanismos de control presupuestarios e impulsar una ley de transparencia sobre las instituciones que reciban financiación pública.

La tasa del euro por fármaco entrará en vigor en mayo

Hasta ahora CiU ha sido especialmente reacia a esta llamada ley de transparencia, que implicaría revelar los sueldos de todos los cargos, incluidos los responsables de las empresas públicas. Los nacionalistas están abiertos a hablar de estos asuntos, aunque el presidente Artur Mas quiere ampliar al máximo su abanico de posibles socios. El PP, por su parte, siguió ayer con su estrategia de amplificar sus amenazas públicas —no habrá presupuesto sin acuerdo político— mientras se abstenía en favor de CiU en la comisión parlamentaria que dio el visto bueno a las cuentas.

Uno de los frutos de las intensas negociaciones entre CiU y PP salió a relucir ayer en dicha comisión. Es la fecha de la entrada en vigor de la polémica tasa farmacéutica. Será a partir de mayo cuando empezará a pagarse un euro por cada medicamento recetado (excepto los enfermos crónicos y los perceptores de pensiones no contributivas y de la renta mínima). El poder de influencia de los populares también se puso de manifiesto en las modificaciones impuestas en la futura tasa turística, que no se empezará a cobrar hasta noviembre. CiU abogaba por la aplicación inmediata.

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El acuerdo entre ambos partidos también se concreta en un intercambio de subvenciones y recortes. Por un lado, el PP ha exigido que se otorgue una subvención de 50.000 euros a las víctimas del terrorismo y 192.000 euros para el Fondo de Cooperación Local. A cambio, otras entidades que el PP preferiría suprimir, como el Memorial Democrático y el Instituto Catalán Internacional por la Paz (ICIP), sufrirán más recorte presupuestario del previsto. El recorte, según los populares, será de 43.500 euros al Memorial Democrático y de 14.000 euros al ICIP. También se adelgazará en 35.100 euros la dotación destinada a publicaciones, en 72.700 euros el encargo de informes y en 10.000 euros el protocolo.

CiU y PP pactan otro recorte presupuestario del Memorial Democrático

Pero quedan aspectos por cerrar. Ambos partidos seguirán negociando hasta minutos antes del pleno del próximo miércoles, que debe aprobar los presupuestos. Pese a la amenaza de posible ruptura de pacto, ayer ambos partidos mostraron su predisposición a seguir conversando y decidieron aparcar aquellas enmiendas que causaban recelo a su respectivo socio, como las relacionadas con las bonificaciones de la tasa farmacéutica, el canon del agua a las suministradoras y la retahíla de nuevas tasas anunciadas el martes.

Este compromiso entre CiU y PP llegó a provocar una curiosa escena en la comisión parlamentaria en la que ambos partidos llegaron a abstenerse en enmiendas presentadas por ellos mismos. Ni el uno ni el otro querían molestar al socio. En una larga sesión en que se llegaron a votar más de 3.000 enmiendas a la Ley de Presupuestos y a la de acompañamiento, las abstenciones de CiU y PP causaron perplejidad en el resto de grupos. La actitud de ambos partidos fue tildada de “filibusterismo” por la diputada del PSC Montse Capdevila y de “esperpéntica” por Sergi de los Ríos, de Esquerra Republicana.

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