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Pintando el Canódromo en apoyo del arte

40 artistas, comisarios, galeristas y directores de museos realizan una acción a favor del Centro de Arte de Barcelona

Un momento de la acción reivindicativa a favor del Canódromo.
Un momento de la acción reivindicativa a favor del Canódromo.MARCEL.LÍ SÀENZ

Armadas de rodillos, brochas gordas y pintura blanca, unas 40 personas, entre artistas (Foncuberta, Ruiz, Aballí, Aguilar y Llopis), comisarios (Montornés y Latitudes), galeristas (Estrany de la Mota y Noguera Blancard) y directores de museo (Gloria Picazo, de La Panera de Lleida) realizaron ayer una acción en apoyo de la apertura del Centro de Arte de Barcelona en el emblemático edificio racionalista del Canódromo.

Los representantes de la escena artística barcelonesa pintaron de blanco las ventanas del edificio, como se hace en las obras, bajo la mirada de tres patrullas de la Guardia Urbana, que se mantuvieron a distancia. Asimismo leyeron un manifiesto donde se pide a la comisión delegada de Macba, que se reúne hoy martes, que recapacite e interrumpa “el partido de ping-pong” entre el teniente de alcalde de Cultura, Jaume Ciurana, y el consejero de Cultura, Ferran Mascarell.

“Ciurana asegura que tiene el dinero para acabar el Canódromo, pero no para hacerlo funcionar, mientras que Mascarell confirma que tiene un presupuesto para el funcionamiento del centro, pero que no lo entrega hasta que el Ayuntamiento haya decidido su ubicación”, explicó Fontcuberta, presidente de la Asociación de Artistas Visuales de Cataluña.

En nombre del grupo de presión Los Lunes al Sol, el galerista Antoni Estrany afirmó que lo que más les preocupa es el gran desconcierto que se detecta entre los políticos. “El Canódromo fue una larga reivindicación consensuada entre todas las asociaciones y personas que componen el sector”, añadió Picazo. A la espera de conocer la decisión que se tome hoy martes, se están preparando nuevas acciones públicas.

“El Canódromo es solo la punta de un iceberg que demuestra el abandono de una forma democrática de gestionar la cultura”, indicó Fontcuberta. Si prosperase el plan de ubicar el centro de arte en lo que fue la  fábrica Fabra i Coats y de que cese su director, Moritz Küng, que no participó en la acción, el Ayuntamiento cedería el Canódromo a Barcelona Activa, reforzando la apuesta por unas no mejor determinadas industrias culturales, en detrimento del entramado de estructuras de diverso tipo, dedicadas al arte contemporáneo.

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