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Rajoy habla de “Sangenjo” y “Villagarcía de Arosa”

El presidente del Gobierno se salta la toponimia oficial al relatar anécdotas con Fraga

La disertación de Rajoy sobre Fraga, plagada de anécdotas, retrocedió hasta su primer encuentro allá por 1977. Contó el presidente del Gobierno, saltando sobre la toponimia oficial, que por entonces él estaba con 22 años preparando oposiciones en un piso en “Sangenjo” cuando se acercó a “Villagarcía de Arosa” a saludarlo en un mitin. “Tras dar una gran batalla contra los de organización de aquel acto y tras ser expulsado con no muy buenos modos, logré darle la mano y me sentí a mí mismo como un hombre muy importante. Luego seguí encerrado preparando oposiciones”. “Yo le conocí entonces, pero él no me conoció a mí”.

Dos años más tarde, refrescó Rajoy, concurrió a las elecciones por Coalición Democrática y sacó un solo concejal en Pontevedra. El episodio de la constitución del Parlamento gallego remasterizó otro nombre propio: “Hay gente que no lo recuerda pero cuando me presenté al primer Parlamento de Galicia, se constitu´yó en Gelmírez, no teníamos local y el Arzobispo nos lo prestó”. Y así, tirando de retrovisor, visiblemente cómodo entrelazando chascarrillós, llegó al momento en que empezó a tutear a su presidente fundador. Fue en el momento en que le pidió opinión para ser presidente de la Diputación de Pontevedra. Fraga no le dijo ni que sí ni que no pero le lanzó una advertencia que cambiaría el trato entre ambos. La próxima vez que lo tratase de usted sería expulsado de su despacho. Desde entonces siempre lo trató de tú.

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