Mas afirma que Rajoy negocia ya en Bruselas la rebaja del objetivo de déficit
El presidente catalán garantiza el apoyo de CiU a una reforma laboral “en profundidad” sin conseguir nada a cambio
Cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se lo planteó en el único debate en toda la campaña, Mariano Rajoy lo descartó por completo. Después, repitió decenas de veces que el objetivo del 4,4% de déficit para 2012 hay que cumplirlo “sí o sí”. Cuando visitó a Angela Merkel la semana pasada aseguró que no le había pedido retrasar ese objetivo. Pero Artur Mas, president de la Generalitat y el socio político clave del PP —CiU es el único grupo que apoyó la polémica subida de impuestos de Rajoy— salió ayer después de casi dos horas con el presidente y desveló con contundencia la realidad de lo que parece estar pasando.
“España no puede pasar del 8% al 4,4% si no es engañando. Debe cumplir ese objetivo, pero en un plazo posible. Y en eso está Rajoy en sus contactos internacionales”. Esto es, Mas, después de entrevistarse con el presidente, dejó claro que sabe que está trabajando para relajar esos objetivos de déficit, aunque públicamente Rajoy no lo admite. Es más, ante Merkel lo negó, aunque en Portugal lo había apuntado solo un día antes.
Por si no había quedado claro, Mas remató esa información con frases aún más contundentes. “Es evidente que Rajoy está planteando el retraso del objetivo del déficit en sus contactos. Pero creo que aún no tiene repuesta. El objetivo del déficit no es realista, ni posible, ni razonable. Atenta contra el sentido común. Obligar a hacer eso es obligar a engañar. Hay que hacerlo, pero no se puede hacer en un año. Solo habría una manera: destrozar el Estado del bienestar, y la gente no se merece esto, eso no se le puede pedir a nadie. Si estamos en recesión no podemos bajar tanto el déficit”.
El Gobierno, como está empezando a ser norma, no compareció después de la rueda de prensa de Mas. Fuentes de Moncloa no admitieron abiertamente que Rajoy esté negociando esa flexibilización, aunque tampoco tuvieron interés en desmentir expresamente a Mas.
El líder de CiU se mostró dispuesto a apoyar la reforma laboral que ultima Rajoy. Dijo, sin dar detalles, que será “en profundidad” y aclaró que es eso lo que le reclaman a Rajoy los líderes europeos y lo que mirarán con lupa. Dijo que el eje de la reforma será “flexibilidad por encima de todo para adaptarse a las circunstancias, en horarios, en salarios...”
El president se presentó como un socio responsable —“Ya ves, vivo en el lío”, le recibió Rajoy en las escalinatas de La Moncloa, “yo también”, le contestó el catalán— dispuesto a apoyar todas las medidas impopulares de Rajoy. A cambio le pidió “lealtad institucional” y ayuda para una comunidad que está sufriendo una grave crisis de liquidez.
En una demostración del momento de debilidad política de CiU, ahogada por esta situación financiera, Mas ofreció todo tipo de apoyos sin obtener a cambio prácticamente ninguna garantía en temas sensibles en Cataluña: no hay calendario de pago para los 759 millones en infraestructutas pendientes y el pacto fiscal sigue en el limbo con un Rajoy solo dispuesto a escuchar.
Con todo, Mas disculpó al presidente y su poca concreción: “Estamos en el momento de los primeros escarceos”. Incluso en asuntos muy delicados como la política linguística, que llamó “línea roja”, Mas dijo que no habían hablado nada. También aseguró que no habían hablado de la posible fusión de La Caixa y Bankia, aunque sí si de la reforma financiera. Al final dejó alguna frase amenazadora: “Si no hay acuerdo sobre el pacto fiscal, cada uno tendrá que tomar su propio camino”. En cualquier caso, además del apoyo financiero del Estado, CiU necesita los votos del PP catalán para sacar adelante sus medidas.
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