La basura empieza a oler
La indefinición de Bildu sobre el sistema de recogida de residuos que quiere implantar en San Sebastián paraliza el desarrollo del contenedor orgánico
Bildu sigue moviéndose en la indefinición sobre el sistema de recogida de basuras que regirá en San Sebastián. Las dudas sobre si la coalición abertzale implantará la recogida puerta a puerta en toda la ciudad o solo en algunos barrios, o si bien apostará por el quinto contenedor —con la fracción de la materia orgánica— está paralizando el desarrollo del actual sistema, con el que se recicla el vidrio, el papel y cartón, el plástico y los envases. Con todo, la capital guipuzcoana marcha en el pelotón de cabeza de las ciudades europeas en materia de reciclaje, con un 33%.
Los grupos de la oposición —PSE, PNV y PP— coinciden en señalar que se pueden aumentar los umbrales actuales de reciclaje y defienden la puesta en marcha del quinto contenedor. En el barrio de Amara se está desarrollando una experiencia piloto, ya puesta en marcha hace tres años y medio año en Gros. Solo en Amara, la zona de la ciudad que concentra el mayor número de residentes, el 20% de los vecinos solicitó una llave para depositar en el contenedor marrón su basura orgánica.
El objetivo es garantizar la pureza del compostaje que después se convertirá en abono. “Estamos parados. Hay que ampliar estas experiencias a otros barrios para que la gente pueda depositar lo orgánico libremente”, señala el concejal socialista Denis Itxaso.
La fotografía de un bloque de nueve plantas, 36 viviendas y sus correspondientes pinchos a pie de calle con nombres y apellidos para dejar la basura en el puerta a puerta parece poco viable, sobre todo en una ciudad como San Sebastián, donde las instituciones han invertido mucho dinero en su imagen.
Toda la oposición rechaza el ‘puerta a puerta’ en la capital guipuzcoana
El puerta a puerta, que funciona en municipios gobernados por Bildu como Usurbil, Hernani, Oiartzun y Antzuola, pese al rechazo de algunos vecinos, que prefieren depositar sus basuras en los contenedores de los municipios de los alrededores, despierta muchas críticas en la capital guipuzcoana. “Es más caro, y los de Bildu lo reconocen. Hace falta cinco veces más personal, es más sucio y supondría una vuelta a los años ochenta, cuando la basura se acumulaba en la calle sin cierre”, dice Itxaso.
Pese a gobernar en minoría, Bildu podría sacar adelante el puerta a puerta, pero lo haría con el rechazo de toda la oposición, que ha presentado varias mociones contra ese sistema. La Ley de Grandes Ciudades otorga a las juntas de gobierno local las competencias en recogida de basuras. “La pregunta es por qué no lo hacen si lo tienen tan claro. Amagan pero no dan. Dicen que el puerta a puerta es el mejor sistema, pero no dan ningún paso. Lo preocupante es que tampoco dan otros pasos, por ejemplo, la recogida de la fracción de materia orgánica que requiere de una apuesta política clara”, añade el edil socialista.
La moratoria en la construcción de una incineradora en Zubieta, dentro del término municipal donostiarra, a la que Bildu se opone frontalmente, complica la situación por la falta de claridad sobre el modelo de tratamiento de los residuos que se impondrá finalmente.
La Mancomunidad de San Marcos recoge unas 400.000 toneladas de basura al año en Gipuzkoa. Cerrado el vertedero de San Marcos, quedan otros tres abiertos en la provincia —Urteta, en Zarautz; Sasieta, en el Goierri, y Lapatx, en Azpeitia— y no se descarta que se cierre uno de ellos. El excedente de 25.000 toneladas que se genera se trasalada a Bizkaia en camiones, pero la Diputación vizcaína se muestra cada vez más reticente. Además, existe un plan B para enviar 1.000 toneladas anuales de materia orgánica a vertederos franceses.
La recogida selectiva de residuos y su destino requieren de unas infraestructuras —plantas de tratamiento orgánico, biomecanizadoras, etcéteras— que están bloqueadas por la falta de consenso político. El grupo municipal del PP deplora la falta de soluciones. “Apoyamos el quinto contenedor; si es posible llegar al 50% mejor, pero necesitamos una incineradora”, señala Ramón Gómez Ugalde, portavoz popular en el consistorio. “La tasa de la basura ha crecido un 120% por dejadez del anterior gobierno”, añade.
El concejal del PP aboga por poner en marcha una incineradora de “valorización industrial potente” que ayude a tener recursos para paliar el gasto que suponen las tasas de basuras.
Invitación a delatar
Las brigadas puestas en marcha en diferentes Ayuntamientos guipuzcoanos gobernados por Bildu para controlar el correcto depósito de las basuras en los puntos señalados tienen mucho de invitación a la delación. Vecinos que espían y a los que, incluso, se les ha invitado a poner de relieve las infracciones cometidas por otros residentes en aquellas localidades donde la coalición abertzale ha establecido el sistema de recogida selectiva del puerta a puerta. O miembros de esas brigadas que controlan quiénes y cómo depositan la basura.
El PSE y el PNV han recibido varias denuncias de donostiarras a quienes se les ha abierto las bolsas de basura para conocer la identidad del propietario. Uno de los casos es el de un joven vecino de Riberas de Loyola que no pudo introducir su bolsa de basura en uno de los buzones de recogida neumática porque estaba atascado y optó por dejarla al lado. Después trascendió que los operarios le habían localizado tras hurgar en su basura. O el caso de otro vecino, cuya bolsa de desperdicios depositaron los brigadistas en el rellano de la escalera con una factura que le identificaba a modo de castigo.
“Es pasar unos límites con los que no estamos de acuerdo, y hay actuaciones que son aberrantes”, señala el PSE. La ley no ampara que los operarios de las brigadas puedan abrir las bolsas de basura para identificar a una persona.
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