La aerolínea obliga a desembarcar a los viajeros de un vuelo a Madrid
Los afectados protestan por la falta de información y alternativas a la suspensión de vuelos
“Nos han dicho que se habían cancelado las operaciones y que teníamos que bajar del avión”. A Luis Miguel Casas, el cese de operaciones de la aerolínea catalana le pilló sentado en el vuelo de las 20.55 horas con destino a Madrid. Como el resto de afectados, la única indicación que recibió por parte de Spanair fue la de dirigirse a las ventanillas de atención al cliente que la compañía tiene en la Terminal 1 de El Prat.
Gabriel Aparicio fue uno de los primeros en hacerlo. Cuando aún no había cola. A él aún no le había afectado el cese de la actividad. Su viaje a Dinamarca se fastidió porque se había olvidado el DNI. Pero al dirigirse a las ventanillas le informaron de que “la compañía ya no vuela más hacia Copenhague”. No daba crédito.
Media hora después, cuando la cola empezó a extenderse por el aeropuerto, Spanair repartió una nota con el teléfono al que los afectados deben llamar para informarse (900 131 415). También se les comunicó la creación de una zona destinada específicamente para el descanso de los pasajeros, con área infantil e incluso sala de lactancia.
Luciano Días volaba hoy a Las Palmas de Gran Canaria a las once de la mañana. “Más o menos me han venido a decir que me buscase la vida. Que no sabían nada” decía ayer, con indignación, mientras hacía cola.
Martina Jiménez, procedente de Bilbao, tenía pensado pasar el fin de semana en Barcelona. Nada más poner los pies ayer en el aeropuerto, se le notificó que su viaje de vuelta del domingo “ya no iba a salir”, dijo. “No me sabían decir nada de lo que estaba pasando y ofrecieron devolverme el dinero”. Ella tuvo suerte y recuperó los 80 euros que le costó la ida y vuelta.
Otros tuvieron que contentarse con una hoja de reclamaciones. Es el caso de Josefina Domínguez: “No me han dado opción, me decían que el sistema estaba bloqueado y nada más”.
Los jugadores del equipo de waterpolo de L’Hospitalet no se plantearon la opción de quedarse esperando en El Prat. Tenían que disputar un partido a la una de la tarde en Las Palmas de Gran Canaria: “Nos han ofrecido un vuelo con Air Europa para mañana, pero no nos sirve porque no llegamos a tiempo”. El encuentro, que ya había sufrido un aplazo, ha vuelto a ser pospuesto.
Mientras se tramitaban las quejas, la fila de pasajeros —pegados al teléfono móvil— refunfuñaba. Se vieron incluso lágrimas. Otros, como los 29 niños y dos monitores que volvían de esquiar de la estación de La Molina, se lo tomaban con humor: “¿Pero teníais algo que hacer mañana?”, gritó uno.
El cese de operaciones obligó también a cancelar los vuelos previstos para las 21.55 a Las Palmas y el de Valencia de las 23.30.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.