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Museos superventas

Los principales centros artísticos han visto aumentar visiblemente los clientes de sus tiendas El aumento de las ventas es una consecuencia de los recientes récords de visitantes

Abanico con el detalle de 'Mujer con sombrero negro', de Kees Van Dongen, en el Museo del Prado.
Abanico con el detalle de 'Mujer con sombrero negro', de Kees Van Dongen, en el Museo del Prado.SAMUEL SÁNCHEZ

La crisis ha pasado de largo por los museos. Fue noticia esta semana que 2011 cierra con récord para los grandes museos de Madrid: El Prado, el Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza y CaixaForum han arrojado cifras inéditas hasta ahora, con incrementos de hasta un 39% de visitantes respecto a 2010. Y como efecto secundario, sus tiendas han aumentado los clientes. Durante un recorrido por los cuatro museos un día antes de Reyes, algunos de sus productos ya estaban agotados.

 » Museo del Prado. La tienda curvada de la mayor pinacoteca se rige por una fórmula diferente del resto. En lugar de ser explotada por una empresa ajena (como antes Aldeasa), es la sociedad Museo Nacional del Prado Difusión la que se ocupa no solo de la venta y la producción de los productos, sino también del diseño cuyo equipo dirige Mikel Garay. Su filosofía es “primar la calidad y la exclusividad”, lo cual se nota en todos los objetos. Desde la delicadeza del colgante con la silueta de una menina (40 euros) hasta la impresión de las camisetas con la mano en el pecho del caballero de El Greco, un top de ventas. O en una nueva línea textil con detalles de pinturas con trazos que hacen guiños al público japonés. Según Cristina Alovisetti, directora gerente de la sociedad, estos son los clientes que más adquieren pequeños recuerdos y cuidan el detalle; luego están los rusos, los que cuentan con mayor presupuesto, o los italianos, que compran sobre todo objetos sobre arte italiano y guías. La guía, la primera oficial del museo, escrita por sus conservadores, es de entre toda la oferta la que se lleva la palma en ventas. Y los objetos relacionados con las exposiciones temporales también triunfan. Como ahora todo lo relacionado con Rusia con motivo de la muestra de los tesoros del Hermitage.

Reproducción de las plantas del jardín vertical del CaixaForum.
Reproducción de las plantas del jardín vertical del CaixaForum.

» CaixaForum. Este año, los gadgets tecnológicos han hecho el agosto, según su responsable Alfons Cuenca. Como los artilugios para el IPhone: el precio (350 euros) de unos altavoces que reproduce los sonidos del tam-tam no ha detenido a los más caprichosos. Tampoco el cantoso auricular de teléfono antiguo para cualquier móvil de 42 euros. Las cámaras de fotos es otro de sus logros y aquí se vende la Polaroid, que apenas cuenta con puntos de venta. A estas alturas quizá ha volado la del escaparate que era la única que quedaba. Como alternativa hay una Lomography, cámara también muy cotizada. Su oferta en libros de diseño y arquitectura también tiene sus seguidores, así como infantiles ahora con un par de autores muy de moda en estos momentos: Benjamin Lacombe y Rebecca Dautremer. Y el surtido en agendas Moleskine es de los más variados. Otro de los éxitos de ventas son las reproducciones del jardín vertical de la fachada exterior del Museo, que son como los gremlins: no hace falta regarlos ni que les de el sol, una solución de glucosa les mantiene intactos. Desde 50 a 150 euros. Y, como en el resto de los museos, está toda la parafernalia que rodea a la exposición temporal. Así que esta temporada Delacroix ha arrasado en pins, imanes, fundas para gafas...

» Thyssen-Bornemisza. Una de las especialidades más apreciadas de este museo son los pañuelos de seda pintados a mano inspirados en la colección permanente, por ejemplo, con imágenes de Mata Mua, de Gauguin, de Vang Gogh o de La escena de playa, de Homer. Pueden enmarcarse y cuestan desde 95 euros hasta 670. Los abanicos que reproducen las obras son otro éxito, así como las joyas inspiradas en la exposición de Antonio López. Y una curiosidad: un rincón que cambia según la estación del año. Como estamos en invierno triunfan las mantas (165 euros) y echarpes (98) de mohair con los magníficos colores de Rothko.

» Reina Sofía. Su librería La Central no necesita presentación. Es su fuerte. No solo engulle a los visitantes que acuden a alguna muestra, sino que por sí sola atrae a una buena porción de clientes. En arte contemporáneo es una de las librerías más completas de España y cuenta también con un valioso listado en literatura y ensayo. Total, 40.000 referencias en libros. Combina, según su director Antonio Ramírez, libros de importación difíciles de encontrar con todos aquellos que tienen que ver con las exposiciones. “Intenta ser una prolongación del discurso del museo, con referencias cruzadas en disciplinas como crítica, antropología y política, que generan reflexión y debate”, según Ramírez.

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