_
_
_
_
Con Mucho Gusto
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Quiero mi ración

¿Por qué no hay más roscones unipersonales?

Rosa Rivas

Se supone que la crisis aviva el ingenio y las soluciones para enfrentarse a los asuntos cotidianos, entre ellos el de la comida.

Dados los (crecientes) agujeros en los bolsillos y los estrechamientos de cinturón (no precisamente por la dieta), abundan las ofertas. Pero son más los anuncios de productos a gran escala que los de pequeña dimensión.

Comprendo que los comerciantes apuesten por la economía familiar y nos inunden con "dos por uno" y "tres por uno" (como mínimo). Todo en grandes cantidades, desde los envases de detergente a los de leche, conservas, bebidas, frutas y verduras, embutidos, dulces...

¿Se supone que todas las unidades familiares son numerosas? ¿Por qué es tan complicado conseguir raciones individuales, envases pequeños?

Si pides una manzana, o dos, te miran con cara de extrañeza. Si compras una botella de soja, por ejemplo, tiene que ser de litro (la tienes que beber casi en el día porque solo dura tres abierta, avisa la marca). Menos mal que los fabricantes de zumos (debe ser porque los consumen mucho los niños) le dan a la minibotella o al minibrick.

No somos tan diferentes de urbes como Londres, París, Nueva York o Tokio, donde las pequeñas raciones no son un trending topic de ahora; es algo tan antiguo como las crisis que periódicamente lleva comiéndose el planeta. La compra en pequeñas cantidades es precisamente algo útil. Si almacenas a mogollón, tanto en fresco como congelado, "te olvidas de lo que tienes en la nevera y la conviertes en armario de cosas podridas", dice Carlo Petrini, líder de Slow Food.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Ahora que estamos con los roscones de Reyes, también cuesta encontrar la pequeña ración. Aunque la voracidad familiar o amistosa puede engullir kilos del delicioso dulce festivo, no viene mal tener un leve pero intenso bocado sin mala conciencia de empacho o engorde. Sin desmerecer a los clásicos del universo rosconil madrileño, como la Antigua Pastelería del Pozo (que los hace todo el año), Horno San Onofre, La Marina, El Riojano, Formentor y los más nuevos Nunos o La Rosconada, el obrador de Oriol Balaguer produce un roscón XS, de 250 gramos, incluso para morder a dúo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_