Quiero mi ración
¿Por qué no hay más roscones unipersonales?

Se supone que la crisis aviva el ingenio y las soluciones para enfrentarse a los asuntos cotidianos, entre ellos el de la comida.
Dados los (crecientes) agujeros en los bolsillos y los estrechamientos de cinturón (no precisamente por la dieta), abundan las ofertas. Pero son más los anuncios de productos a gran escala que los de pequeña dimensión.
Comprendo que los comerciantes apuesten por la economía familiar y nos inunden con "dos por uno" y "tres por uno" (como mínimo). Todo en grandes cantidades, desde los envases de detergente a los de leche, conservas, bebidas, frutas y verduras, embutidos, dulces...
¿Se supone que todas las unidades familiares son numerosas? ¿Por qué es tan complicado conseguir raciones individuales, envases pequeños?
Si pides una manzana, o dos, te miran con cara de extrañeza. Si compras una botella de soja, por ejemplo, tiene que ser de litro (la tienes que beber casi en el día porque solo dura tres abierta, avisa la marca). Menos mal que los fabricantes de zumos (debe ser porque los consumen mucho los niños) le dan a la minibotella o al minibrick.
No somos tan diferentes de urbes como Londres, París, Nueva York o Tokio, donde las pequeñas raciones no son un trending topic de ahora; es algo tan antiguo como las crisis que periódicamente lleva comiéndose el planeta. La compra en pequeñas cantidades es precisamente algo útil. Si almacenas a mogollón, tanto en fresco como congelado, "te olvidas de lo que tienes en la nevera y la conviertes en armario de cosas podridas", dice Carlo Petrini, líder de Slow Food.
Ahora que estamos con los roscones de Reyes, también cuesta encontrar la pequeña ración. Aunque la voracidad familiar o amistosa puede engullir kilos del delicioso dulce festivo, no viene mal tener un leve pero intenso bocado sin mala conciencia de empacho o engorde. Sin desmerecer a los clásicos del universo rosconil madrileño, como la Antigua Pastelería del Pozo (que los hace todo el año), Horno San Onofre, La Marina, El Riojano, Formentor y los más nuevos Nunos o La Rosconada, el obrador de Oriol Balaguer produce un roscón XS, de 250 gramos, incluso para morder a dúo.
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