“Aguirre menosprecia nuestro trabajo”
Los interinos, contra las acusaciones de la presidenta de que entran “a dedo” El acceso a la docencia se regula por oposiciones y un listado
Ana Otto es profesora de inglés. Interina. Aprobó dos veces las oposiciones, con un 6,23 y un 7,97, pero no tiene plaza. Cerca de 24.000 profesores de Secundaria (más unos 8.600 maestros en Primaria, según las listas oficiales) aguardan su turno en una lista que este curso se ha movido menos que nunca. Otto, de 37 años, anda además indignado por las últimas declaraciones que les ha dedicado de la presidenta de la Comunidad de Madrid. En el último consejo de Gobierno, Esperanza Aguirre les definió así: “Un interino es, como su nombre indica, alguien que entró a dedo, que no preparó las oposiciones”. “Esta mujer menosprecia nuestro trabajo”, lamenta. “No tiene ni idea del esfuerzo que hacemos, estudiamos y damos clase a la vez”.
“O no sabe lo que dice o lo hace a propósito”, replica Guillermo Olías, profesor de Geografía e Historia. Obtuvo un 7 en las últimas oposiciones, en 2010. No tiene trabajo. La Consejería de Educación aprobó unas instrucciones en julio que han ampliado la jornada lectiva de 18 a 20 horas y dejaron a parte de la plantilla de interinos fuera —3.000, según los sindicatos o un millar, en cálculos de Educación—. La Plataforma de Interinos amenaza con denunciar a la presidenta por injurias y el sindicato UGT le ha pedido explicaciones y “respeto”. Le recuerdan que es su Administración la que regula las listas de acceso. “Si tiene constancia de que se producen irregularidades como selecciones a dedo, su Gobierno tendrá que asumir responsabilidades”, señala el sindicato en una nota.
En contra de lo que declaró la presidenta, los interinos sí se someten a un concurso oposición. Deben presentarse a un examen, que supone el 60% de la nota final y añaden hasta un 40% más con antigüedad y cursos. Los primeros de las listas que gestiona Educación aguardan con matrículas y sobresalientes.
“Si nos acusó de entrar a dedo porque desconocimiento, mal, pero es peor aún si lo hizo para que quedáramos como unos parásitos”, añade Cecilia Hernández, de 34. Imparte Geografía e Historia y es interina desde hace cuatro años. Aprobó dos oposiciones, con un 5 y un 6, pero no había plazas suficientes. Este curso trabaja a media jornada. Hernández ha secundado las nueve huelgas convocadas desde el inicio de curso, precisamente contra el recorte de interinos en Secundaria.
Profesores, padres y alumnos han protagonizado paros, manifestaciones y encierros desde septiembre para pedir sin éxito la retirada de las instrucciones y una convocatoria de la mesa sectorial de Educación, que no se ha reunido aún para tratar este asunto. La última manifestación fue el pasado 17 de diciembre. Los sindicatos más representativos de la enseñanza (CCOO, ANPE, CSIF, UGT y STEM) se reunirán de nuevo el 9 de enero para discutir cómo continúan las protestas en el segundo trimestre.
En septiembre, cuando empezaron las movilizaciones, Aguirre acusó a los profesores de trabajar menos que el resto de madrileños confundiendo la jornada lectiva de 20 horas con la semanal de 37,5. Pidió perdón por sus palabras. Los interinos le reclaman que rectifique de nuevo. “No debería decir que quienes tenemos en nuestras manos la educación de los jóvenes no estamos preparados”, reclama Hernández.
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