Con 'kilt' y a lo cuerdo
Crítica sobre el espectáculo 'Homotextual' de Francisco Centeno
El fugaz paso por Madrid de la pieza ideada por el costarricense Francisco Centeno da una idea certera, muestra sus intenciones con una carga ideológica precisa e intencionada. El trailer de Homotextual en Youtube, muy recomendable, no hace del todo justicia a este intenso solo, una representación activa y comprometida. En realidad, todo parece suceder en un canal alternativo o tangencial, muy angulado.
El bailarín, con su dedo índice en ristre, cuestiona al público, lo ensarta en la acción y les da a morder un plátano. No se anda por las ramas al expresarse o al regodearse en el retador carácter de macho latino que ostenta. El ritual privado e irónico sobre un manto de papel periódico desmigado (una masa que le sirve primero de escondite y luego de túmulo) habla sutilmente de fuertes prejuicios, de sociedades represivas y madres castradoras; una especie de soliloquio sin espejo, de libro de instrucciones para un perdedor inconforme: "Soy materialista, pero no me gusta ir de compras"; "me gusta el sexo seguro, pero soy sexualmente inseguro"; "creo en el amor a primera vista, pero soy muy miope"; "creo que soy buena persona, pero no cuando bailo..."
HOMOTEXTUAL
Coreografía: Francisco Centeno; baile: Adrián Figueroa; música: José Duarte; vídeo: Anthony Sharpe; textos: F. Centeno y Jaime Bayly. Sala DT. 14 de diciembre.
Estas afiladas frases conforman parte del riguroso trabajo actoral de Figueroa, buscando catarsis a través de la ambivalencia, pasando de sujeto pasivo a go-gó desmelenado, de mártir neomoderno a héroe marginal. La textura es gruesa y ácida; el dominio que hace de su físico redondea el impacto conceptual. Cuando su baile se pone serio, además de técnica, transmite una carga erótica de profundidad que enlaza a la imagen de indefensión, acaso de derrota, simbolizada por la postura fetal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.