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Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

La voz de un pata negra

El portavoz del PP en la Asamblea, en el núcleo duro de Aguirre, propone cambiar la Ley Electoral

Jesús Sérvulo González
El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna.
El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna.SCIAMMARELLA

"Uno es lo que es por él mismo y no por lo que son sus padres". Lo dice Íñigo Henríquez de Luna (Madrid, 1964) el elegido por Esperanza Aguirre para ser el altavoz de los populares en la Asamblea de Madrid. De eso hace ya casi seis meses. En este tiempo este hombre, reservado, elegante y de buenas maneras, ha animado la vida parlamentaria madrileña al proponer un cambio de la Ley Electoral, hacer público el sueldo de los diputados y tratar de reducir los privilegios de los políticos en la Cámara regional.

Frunce el ceño cuando se le recuerda que es hijo de la marquesa de Villablanca. Su madre es la tesorera de la sede del PP del distrito de Salamanca desde hace casi un cuarto de siglo. También el motivo por el que una tarde de 1984 se acercó a ver qué hacían allí. "Pilar nos dijo que convenciéramos a su hijo para que se afiliara", cuenta Javier Fernández Lasquetty, consejero de Sanidad, que por aquella época era el jefe de los jóvenes populares del barrio. Íñigo coincidió allí con otras promesas del PP con los que ha configurado una particular personalidad al partido desde la calle de Goya. "En Salamanca siempre hemos sido muy críticos y muy democráticos. No asamblearios, pero lo votamos casi todo", asegura Henríquez. El portavoz está marcado por su origen: Salamanca es el epicentro del poder del PP en Madrid. Símbolo de una forma de entender la política. Sus afiliados son los "pata negra" del PP en la ciudad.

"Los de Salamanca tienen desde hace tiempo un discurso en el que piden democracia interna y primarias, pero cuando les toca a ellos suelen olvidarse", cuenta un compañero de partido que recuerda cómo Henríquez encabezó un movimiento para reclamar primarias en el PP cuando Rajoy trataba en 2008 de revalidar la presidencia del partido y Aguirre amagaba con disputarle el cargo. "No soy un verso suelto. Pero cuando dices lo que piensas hay gente que se siente incómoda", justifica el portavoz que se define como "reformista". Aquel episodio le acercó a Aguirre.

Íñigo, el portavoz

J. S. G.

Íñigo Henríquez de Luna nació en Madrid en 1964, aunque su familia procede de Campo de Criptana. Estudió derecho en la Complutense. Tiene una empresa de servicios agrícolas con su hermano.

Hace unos meses le pidió a la presidenta saltar del Ayuntamiento de Madrid, donde fue concejal desde 2000, a la política regional. "Íñigo ha sabido nadar y guardar la ropa. Cuando solicitó pasar a la Asamblea lo hizo porque sabía que en el Ayuntamiento lo tenía difícil. Él esperaba que lo nombraran algo en el Gobierno pero se quedó con la portavocía", cuenta un dirigente del PP. No fue la primera opción para pastorear el partido en el Parlamento regional. La presidenta había reservado el cargo para el exconsejero Francisco Granados, pero este lo rechazó. Henríquez fue el recambio. "Nadie me contó cómo ocurrió, pero parece ser que se lo ofrecieron antes a otro", admite. El mismo día que tomó posesión como la voz del PP en la Asamblea anunció el sobreseimiento de su imputación por el caso Bécara. Un episodio de licencias urbanísticas que le había amargado sus últimos años en el Ayuntamiento.

Superado el mal trago, ahora trata de cambiar el ritmo de la Asamblea haciendo uso de su educación casi victoriana. Pero en la oposición lo tienen claro: "No nos equivoquemos. Es muy de derechas, como Aguirre. Pero tiene otras formas". Todos admiten que es de trato afable, protocolario y elegante. Se molesta cuando le dicen que parece pijo. "Me compro los trajes en Massimo Dutti", señala. Su nuevo cargo apenas le deja tiempo para hacer lo que más le gusta: salir a cazar con su perro por los campos de Sigüenza. Estos días que está bajo los focos por su plan para cambiar la Ley Electoral recuerda una frase que le dijo su madre: "Cuando entró en la sede era el hijo de Pilar, ahora soy yo la madre de Íñigo".

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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