La fecha de salida del mejor videojuego de espías, como no podía ser de otra manera, se filtra
Sony desliza cuándo llegará al mercado el nuevo ‘Metal Gear Solid Delta: Snake Eater’: el 28 de agosto
![Imagen promocional de 'Metal Gear Solid Delta: Snake Eater'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SNMWSHMOZFDWXIROTM7ITKPCOA.jpg?auth=72639eafbd9794eb34fcfd4cb76cc1484f877f2e35827cbcb52afed249fc121f&width=414)
Evidentemente, la fecha de salida de un juego de espías se tenía que conocer a través de una filtración. El jueves, en la tienda digital de Sony, alguien descubrió que aparecía la fecha de llegada de Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, remake del Metal Gear Solid 3: Snake Eater que fue anunciado en mayo de 2023 y del que no se sabía gran cosa. Tras un día de silencio, Sony finalmente publicó un tráiler con la susodicha fecha integrada, así que ya es oficial. Otras informaciones apuntan a que, por otro desliz, se ha podido saber que el juego también estaría disponible para la Nintendo Switch 2. Dado el cariz morboso que siempre tienen las filtraciones y al amor que la comunidad gamer le profesa al universo creado por Hideo Kojima, internet ardió, para variar.
Y es que hablamos de la saga de espías más famosa del mundo, una franquicia que durante décadas ha hecho del sigilo táctico, los argumentos políticos y la construcción de personajes su gran fuerte. Y quizá Snake Eater, aparecido en 2004, fuera la cima más alta de toda la saga. Después de hacer una de las más acertadas radiografías del futuro en Metal Gear Solid 2: Guns of the Patriots (2001), la saga viró hacia los orígenes y situó su tercera entrega, Metal Gear Solid 3: Snake Eater, en la URSS de 1964, en medio de la Guerra Fría, donde Big Boss, el padre del protagonista original (Solid Snake), vivía una aventura con tintes bondianos y trasfondo geopolítico que se convirtió en una de las mejores historias (y con algunos de los mejores personajes) de la historia de los videojuegos. Era una obra total, uno de los mejores juegos de la historia, y por lo que parece en agosto el juego volverá a copar titulares y a dar horas de diversión, así que bienvenido sea este remake.
Señalábamos la semana pasada que las compañías son muy conservadoras a la hora de gestionar su fondo de armario, y que la estrategia mundial es contemplar las propiedades (también las propiedades intelectuales) como lo que apuntan a ser: un maná que será la gran fuente de riqueza no dentro de mucho. Metal Gear, la franquicia, es un lingote de oro que Konami tiene en su reserva después de la muy ruidosa guerra entre el creador de la saga, Hideo Kojima, y la compañía japonesa. Esa guerra, por cierto, daría para otro artículo, que podría hablar tanto de las rarezas el propio Kojima como de cómo los nombres de los desarrolladores de videojuegos son sistemáticamente sepultados por unas compañías a las que no les interesa que los creadores vuelen solos.
Pero a lo que vamos. Es posible que Metal Gear Solid 3 merezca un remake. También es posible que, con 21 años de edad, Metal Gear Solid 3 sea una obra que quizá debería estar al alcance de todos, de la misma manera que una buena novela está a disposición pública en una biblioteca. Quizá esto es demasiado pedir, y puestos a pedir, el nuevo juego podría estar doblado por el icónico Alfonso Vallés como voz de Snake.
En vista de que la preservación de los videojuegos como legado no es algo que vaya a entrar en la agenda pública, con organismos que se dediquen a ello como otros se dedican a preservar música, fotografía, cine o teatro, bien está la intervención de la industria, aunque sea previo pago. Pero seamos conscientes de que si no mimamos el legado digital, a los juegos, a determinados juegos, les pasará precisamente aquello que, premonitoriamente, decía The Boss, el (la) gran personaje de aquella tercera entrega: “estamos siendo devorados lentamente por el karma de los demás. Nunca tendremos la oportunidad de morir pacíficamente de viejos. No tenemos mañana”.
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