José María Sicilia: “Supe que sería artista cuando mis padres se conocieron”
Después de 10 años sin exponer en la capital, el pintor presenta una muestra de obras recientes en la galería Prats Nogueras Blanchard
Considerado uno de los principales representantes españoles de la pintura de los años ochenta, el premio Nacional de Artes Plásticas José María Sicilia (Madrid, 1954) expone nuevamente en la capital tras una ausencia de 10 años. Su muestra de obras recientes, El final del cuento, estará abierta en la galería Prats Nogueras Blanchard hasta el 9 de noviembre.
Al echar la vista atrás a su trabajo, ¿cuáles diría que han sido sus obsesiones recurrentes? He vivido sin fijación, neura o fobia.
¿Cuándo supo que se dedicaría al arte? Cuando mis padres se conocieron, pero no lo recuerdo.
¿Qué obra de arte ajena le habría gustado crear? Todas las ajenas, las impropias, extrañas y desconocidas.
¿Con qué tres adjetivos definiría su obra? Uff, hum, pff, son interjecciones, pero podrían definir una obra.
¿Qué es lo más bonito que le han dicho sobre su trabajo? Vaya, vaya.
¿Y lo más extravagante? Ehhh... Buen trabajo.
¿Qué ha aprendido del mundo del arte que no se pueda aprender en un libro? Hay un libro que se llama El mundo del arte.
¿En qué museo se quedaría a vivir? En el museo Vent Haven Ventriloquist, en Kentucky, Estados Unidos. Es fascinante, esta lleno de ventrílocuos.
¿Qué libro tiene abierto en la mesilla de noche? No lo sé, cada noche comparece uno diferente a mi pesar.
¿Uno que no pudo terminar? No puedo acabar ninguno, todos se van con prisas, como nosotros.
¿Qué título recomendaría para entender mejor el arte contemporáneo? Cómo entender lo difícil de entender, en PDF.
¿Cuál es la película que más veces ha visto? No me acuerdo, alguna que veían mis hijos cuando eran pequeños.
¿La última serie que vi del tirón? La de las ovejas que entretejen.
Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería? El estribillo de la canción de las ovejas que entretejen, es un galope endiablado, señala un final, es agotador, me duermo.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? La frase “demasiado tarde”.
¿Cuál es el suceso histórico que más admira? El dichoso final.
¿Qué encargo no aceptaría jamás? Soy curioso, aceptaría todos.
De no haber sido artista sería… En el dichoso final, una frase que no cambia, que se rompe como se rompe un plato.
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