‘Historia de una maestra’: la educación igualitaria, una hermosa utopía
Paula Llorens firma e interpreta con luz, alegría y enigma esta adaptación de la novela homónima de Josefina Aldecoa, que cuenta la peripecia de una maestra vocacional en la España rural durante el período que va de los años veinte hasta el estallido de la Guerra Civil
La reforma educativa fue el eje central de la acción política de la II República española, que durante el primer año y medio de su breve existencia construyó 9.620 escuelas, creó más de 6.000 plazas docentes y casi duplicó los menguados salarios del profesorado. En Historia de una maestra, adaptación escénica de la novela homónima de Josefina Aldecoa, Paula Llorens, su autora e intérprete, narra con luz, alegría y enigma las peripecias de una pedagoga desde el día de su graduación, en los años veinte, hasta el verano de 1936, cuando un grupo de conspiradores dio un cruento golpe armado al Gobierno del Frente Popular.
El relato de Aldecoa, basado en los lances que su madre, maestra rural, le contaba de niña, entrelaza lo personal y lo histórico vigorosamente. Con frases cortas, la escritora leonesa dibuja los paisajes y los pueblos hoy semivacíos que transitó su madre, los personajes que los habitaron, los acontecimientos que vivió en primera persona cuando ella era una niña. Nos hace ver lo que vio: el pueblo leonés prisionero en un circo de montañas, las casas enterradas en la nieve, a las que había que entrar por los tejados de los que salían columnitas de humo… La puesta en escena de Gemma Miralles conserva la plasticidad fotográfica del texto original. Interpretada por Llorens, la maestra describe el vuelo del águila que cruza sobre su cabeza, la plaza del pueblo donde la están esperando, el rostro desdentado de la madre que le pregunta qué hacer con su bebé exánime…
El espectáculo habla de una generación de profesores que ejerció su oficio con el convencimiento de que la educación había de transformar España en un país mejor y más justo. Influida por las ideas krausistas que inspiraron a Francisco Giner de los Ríos, promotor de la Residencia de Estudiantes, Aldecoa fundó en 1959 el Colegio Estilo, donde los maestros enseñaban sin libros y cada alumno escribía e ilustraba su propio tomo de una enciclopedia colectiva. Fueron sus pupilos los hijos de no pocos pintores, cineastas e intelectuales de la época: tuvo una impronta elitista esta escuela del barrio madrileño de El Viso, tan libérrima respecto a las escuelas públicas que dispuso el régimen franquista y a los colegios religiosos que florecieron por doquier.
La escuela que preconizan Gabriela y Ezequiel, el profesor desarraigado con el que contrae nupcias en Historia de una maestra, vendría a ser un Colegio Estilo para todos sin distinción, de acceso libre y gratuito. La segunda mitad de este atractivo espectáculo gira en torno al compromiso de la pareja con sus ideales de educación igualitaria, que se ven cercenados por la victoria de las derechas en las elecciones generales de 1933. A partir de aquí el relato esperanzado pega un repentino giro trágico. Llorens lo conduce con guante de seda mientras se desdobla en decenas de personajes característicos que perfila con apenas tres trazos enérgicos y claros. En su adaptación está lo esencial de la novela, hilvanado cuidadosamente.
‘Historia de una maestra’. Texto: Paula Llorens, a partir de la novela de Josefina Aldecoa. Dirección: Gemma Miralles. Madrid. Teatro Fernán Gómez, hasta el 5 de febrero.
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