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La entrevista como arte de la intimidad

‘Gente que cuenta’, de Anatxu Zabalbeascoa, y ‘Conversaciones de diván’, de Mariano Horenstein, confirman la inagotable riqueza del periodismo que sabe preguntar

QUINTATINTA
QUINTATINTA

Conversar es un arte exigente que involucra los cinco sentidos y que adquiere, en el ida y vuelta, ribetes de danza, puja, seducción, retaceo y, en afortunadas ocasiones, también de encuentro. La entrevista profesionaliza el diálogo y desequilibra el intercambio: se pregunta para que alguien, a quien hay que escuchar, responda, revele, confirme, defina, opine, se explaye. Y sin embargo hay modos de preguntar, tempos, cadencias, que perfilan intenciones, destrezas y estilos.

La ambición del periodista, ha escrito Rosa Montero, “consiste en desmontarle al otro el personaje externo para atisbar al ser que hay más abajo”. Las mejores, afirma la escritora argentina María Moreno, otra maestra del género, son aquellas “donde el entrevistado dice algo que no sabía que sabía y es el primero en sorprenderse”. En ese camino que une rigor investigativo y sensibilidad, dos libros recientes confirman la inagotable riqueza del dispositivo pregunta-respuesta. Gente que cuenta (Círculo de Tiza) es una fiesta de humanidad e inteligencia. Ofrece una selección de 27 entrevistas realizadas en lo que va del siglo por Anatxu Zabalbeascoa para El País Semanal, ampliadas para esta edición y con prólogo de Antonio Muñoz Molina, quien rompe una lanza a favor de considerar las grandes entrevistas como literatura de periódico (una categoría reservada en España a las columnas) y señala con lucidez el hilo invisible que une a todas las criaturas del libro: son creadores libérrimos, que al vivir y al hacer, sea lo que sea, van a su aire y se proponen hacerlo lo mejor posible.

De la narradora, poeta y cantante underground Patti Smith al antropólogo y filósofo Santiago Beruete, pasando por Ian McEwan, un escritor que deja pedazos de su vida en las novelas, o un gurú de la arquitectura que reniega de serlo como Rem Koolhaas, la variedad de disciplinas y personalidades escogidas por Zabalbeascoa (16 mujeres y 11 varones, proporción que explicita una apuesta política por hacer visible el talento en femenino) dibuja un variadísimo arco de intereses para lectores curiosos: literatura, deporte, arquitectura, fotografía, cine, diseño, música, deporte…

Las más de tres décadas en el oficio de preguntar que viste Zabalbeascoa, historiadora del arte y autora de una docena de libros, registran mutaciones y aprendizajes: “He sacrificado una buena pregunta si la respuesta no aportaba. He vencido mi temor a incomodar. También a empatizar. (…) He aprendido que la paciencia da mejores frutos que la urgencia”, comparte en la introducción. El yo de la entrevistadora vuelve a tomar la palabra en la página que cierra cada diálogo. Escritas para esta edición, esas codas en primera persona despliegan un detrás de escena que los libros de estilo de las redacciones menosprecian (“Las dificultades del periodista para obtener las noticias no forman parte de la noticia”), pero que los lectores agradecemos porque tiran la cuarta pared de la entrevista. Las peripecias que demanda en ocasiones hacer posible el diálogo o los apuntes (detalles, humores, diletancias) que escapan del género periodístico se prueban decisivos para retratar al personaje o para caracterizar el espesor del encuentro, su temperatura. Son esos entretelones los que hacen de Gente que cuenta un corpus: es la misma mirada; lo no dicho en el periódico que puede contarnos solo quien estuvo allí y hace memoria de lo vivido y sentido.

Vivir, sentir y querer entender más y mejor de las luces y sombras propias hermana a los 21 intelectuales y artistas entrevistados en Conversaciones de diván (La Fábrica), del psicoanalista argentino Mariano Horenstein, un proyecto cautivante con testimonios que surcan océanos y disciplinas para componer “una nueva versión de lo que sucediera en el comienzo del psicoanálisis”. Son encuentros sin urgencia, que el autor introduce describiendo las reveladoras minucias del antes y el después. Diálogos gestionados casi artesanalmente para este libro, que tardaron un año o más en concretarse. “Una consulta analítica favorece un tipo particular de confesión, laica, (…) donde quien habla se escucha —gracias a la escucha del analista— como nunca antes lo había hecho”, define y enmarca el autor en la introducción.

No es la obra lo que importa aquí —aunque con creadores de la envergadura de Caetano Veloso, Andrea Fraser, Paul Auster, Julia Kristeva, Georges Didi-Huberman, Juan José Millás, Sophie Calle y Jorge Drexler, entre otros, sea impensable soslayarla—, sino en qué medida la experiencia del psicoanálisis acercó a estos personajes a sus verdades más profundas en momentos en los que una crisis los animó a mirar hacia dentro. Ese tema nuclear —el dolor, el cambio, la bisagra emocional— no supone una limitación, pues las entrevistas están atravesadas por experiencias y microhistorias muy diversas de las cuales Horenstein extrae el riesgo, la vivencia de la cornisa, como elemento común, superador y estimulante. “¿Hay algo que no puede expresarse con palabras?”, le pregunta a la performer Marina Abramovic. “¿Crees que el psicoanálisis está más cerca del arte o de la ciencia?”, consulta al cineasta David Cronenberg. “Y si el éxito es una ficción, ¿hay más verdad en el fracaso?”, le suelta a Javier Cercas. “¿Qué es una pasión?”, apura al filósofo Alain Badiou. Cada respuesta vale la lectura del libro.

Diversos en sus disparadores y tonos, Gente que cuenta y Conversaciones de diván coinciden en interpretar la sed de cercanía que define el presente, un deseo que la pandemia tatuó en la contemporaneidad. Hay en sus diálogos una vocación honesta y afortunada de hacer contacto —”entender una vida”, lo llama Anatxu Zabalbeascoa; “rescatar una reserva de presencia”, dice Mariano Horenstein—, y en ese empeño ambos logran epifanías, confesiones, lapsus, silencios…, momentos de una intimidad extraordinaria. Esa que a veces, paradójicamente, es posible solo con extraños.

Portada de 'Gente que cuenta', de Anatxu Zababeascoa.

Gente que cuenta

Autora: Anatxu Zabalbeascoa.


Editorial: Círculo de Tiza, 2021.


Formato: tapa blanda (464 páginas, 21 euros).

Portada de 'Conversaciones de diván', e Mariano Horenstein.

Conversaciones de diván 

Autor: Mariano Horenstein.


Editorial: La Fábrica, 2021.


Formato: tapa blanda (283 páginas, 19 euros).

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