Un ‘Manual básico de lengua de signos para romper corazones’ y para querernos todos mejor

Hablar está sobrevalorado”, le dice Lucho, joven sordo, a Pote, que se ha quedado mudo al verle cortar su relación sentimental con Jaime, su compañero de piso. Manual básico de lengua de signos para romper corazones, que se representa en Madrid en la sala de la Princesa del Teatro María Guerrero, es un afinado prontuario de educación sentimental, pero también es una comedia de tresillo en la cual Roberto Pérez Toledo, su autor y director, retrata a una ilusionada pareja de veinteañeros gais. De ahí su singularidad, pues las comedias conyugales suelen estar protagonizadas por adultos heterosexuales. En su ópera prima teatral, Pérez Toledo, cineasta de 43 años fallecido el 31 de enero pasado a causa de un ictus, se muestra como un observador perspicaz del abanico de emociones que palpita en cualquier pecho enamorado, pero también se revela como un fulgurante director escénico de actores. Manual básico… comienza donde finalizó Sí a todo (2016), un sencillo corto publicitario en el cual Jaime y Lucho se conocen casualmente en la juguetería de unos grandes almacenes. La comedia arranca poco después, cuando los dos chicos acaban de llegar a la casa de uno de ellos y empiezan a intimar. La escenificación de esta confluencia fortuita entre un alma cándida y un corazón al ataque, que resultaría probablemente tópica y algo cursi de ser heterosexuales sus protagonistas, tiene el fulgor de lo novedoso al ser dos mozos quienes se tantean, se exploran y se enredan sobre el escenario, a tan solo seis metros del espectador más distante.

El director canario expone frontalmente y sin veladuras los afectos de sus personajes, para que el público se reconozca en ellos y les tenga simpatía. Con su sola presencia, Carlos Soroa, actor sordo, transmite desenvoltura y una ingenuidad prístina. Su Lucho, frágil como una figurita de vidrio soplado, despierta en los demás instinto de protección. Encarnado por Enrique Cervantes, Jaime es una flecha que hace diana. Soroa y Cervantes mantienen entre sí un contacto y un intercambio energético vigorosos. Las actuaciones de Aarón Caldas (Pote) y de María José López, jovencísima actriz sorda que encarna a Juana, hermana de Lucho, tienen también una potencia de fuego considerable. Juana es un pequeño volcán momentos antes de entrar en erupción. Pote pertenece a una saga de graciosos y de escuderos proveniente del teatro aurisecular.

Ninguno de estos personajes alberga maldad, porque fueron concebidos como ejemplos en los que el público, jovencísimo en su mayoría, puede observar in vitro, desde una perspectiva optimista, el reto que supone salir del armario y establecer una relación que queda fuera de la mediana, en términos estadísticos. En un tiempo en el que sobreabundan los dramaturgos prestos a gritar su espanto, su disconformidad o su desazón ante acontecimientos de toda índole, Pérez Toledo, brújula en mano, nos cautiva con su didáctica invitación a no perder el norte en el territorio inextricable de las relaciones afectivas.

‘Manual básico de lengua de signos para romper corazones’. Autor y director: Roberto Pérez Toledo. Teatro María Guerrero. Madrid. Hasta el 20 de febrero.

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