Sabiduría narrativa
Irene R. Aseijas no solo es buena escritora por cómo escribe, sino también por las historias que elige contar
El año pasado me llegó una novela de una autora que desconocía. La novela se titula Cursum Perficio, de la escritora Irene R. Aseijas (Madrid, 1976), y me gustó. Trataba de un adolescente enamorado de una compañera de instituto. En medio de ese silencioso amor, el chico se ve inmerso en un crimen y en una desaparición, solo por ser testigo indirecto de la tragedia. La autora acierta al unir una historia de amor y otra en clave de thriller originalísimo. Ahora vuelve a sorprenderme con su nueva novela, El chico del cartón de leche. (Y no me sorprende menos que en ninguno de ellos se dé ningún dato de la autora).
La novela se mueve en dos terrenos, uno ficticio y otro que se articula mediante relatos o recortes periodísticos de casos reales de niños desaparecidos, todos ellos muy cerca de sus domicilios, cuando no casi enfrente de ellos. El nivel ficticio narra la desaparición del hermano pequeño del narrador. El segundo nos remite a desapariciones concretas que sucedieron, la mayor parte de ellas, en Estados Unidos.
Irene R. Aseijas nos relata una historia alrededor de la cual se articulan otras de igual dimensión casi metafísica, la descripción de una forma más del mal absoluto. Y lo hace con una sabiduría narrativa encomiable. Soy de los que piensan que un autor no solo es bueno por cómo escribe una historia, sino también por las historias que elige contar. En El chico del cartón del leche se reúnen estas dos características. Ambos niveles narrativos, el real y el ficticio, se complementan perfectamente. Nada chirría. Como si lo que estamos leyendo sucediera en un continuum narrativo en forma, tema y contenido. Resulta destacable incluso que las historias reales nos puedan parecer a los lectores relatos salidos de la imaginación de la autora. Y la historia ficticia, real. La desaparición de una persona es un hecho terrorífico. La de un niño, aún mucho más. Y las que nunca se resuelven, ya no digamos. Vidas suspendidas en un vacío insoportable. De esto va este impecable ejercicio de literatura.
Un autor no solo es bueno por cómo cuenta una historia, sino también por las historias que elige contar.
El chico del cartón de leche
Autor: Irene R. Aseijas.
Editorial: LcLibros.com, 2020.
Formato: 212 páginas. 11 euros.
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