Gloria Oyarzabal, deconstruyendo la feminidad
El último fotolibro de la artista, ganador del premio Paris Photo-Aperture al Mejor Libro del Año, entrelaza el feminismo y la colonización
Woman no go’gree’ es el estribillo de Lady, una de las canciones más polémicas del músico nigeriano Fela Kuti. Dicho en pidgin, en una variedad entre el inglés y el creole, significa algo así como que la mujer no escuchará, o disentirá. “Si llamas a una mujer, la mujer africana, la mujer no escuchará, yo quiero ser una dama”, dice la canción de este músico que denunció los excesos y la corrupción de los políticos africanos así como el saqueo colonial a través de su ocurrente y febril afrobeat. Reconocido como símbolo de resistencia social, e hijo de una pionera del activismo feminista en África —Funmilayo Ransome-Kuti, la primera en conducir un coche en Nigeria—, su posicionamiento en cuanto a las mujeres dio mucho que hablar, entre otros motivos por su condición de polígamo. “Ella va a decir que es igual al hombre. Ella va a decir que quiere poder como el hombre”, continua la canción cuyo resbaladizo significado aún hoy sigue generando debate: claro reflejo de misoginia, para unos; de feminismo, para otros, de tal forma que ha sido versionada por diferentes artistas, Angélique Kidjo y la rapera Akua Naru entre ellas, como símbolo de la mujer moderna en África.
FOTOGALERÍA
Gloria Oyarzabal (Londres, 1971) quiso hacer uso del estribillo de Lady como título de su último fotolibro. Pero para ello decidió cambiar sutilmente el orden de las palabras, y titularlo Woman Go No’ Gree. “Un guiño a las erróneas lecturas vertidas desde el punto de vista occidental de todo el exotismo que rodea a la cultura y más en concreto a la música africana”, tal y como escribe la autora en el libro. “El hecho de que la canción sea tan controvertida en su lectura me sirvió para adentrarme de forma sutil al complejo mundo de las interpretaciones, de las aserciones de verdad absoluta, de las ambigüedades y las distintas capas de significado”.
Oyarzabal ha dado forma a una serie fotográfica —que también adquiere carácter expositivo—, donde, a través del diálogo establecido entre el material histórico de archivo con sus propias imágenes, indaga en la relación entre el concepto de mujer y la colonización, para hacer hincapié en cómo la feminidad puede verse modificada a través de la introducción de valores ajenos a la cultura local, así como para resaltar la no universalización del feminismo. Con este propósito, las imágenes se apoyan en un texto escrito por ella misma, que nos guía como introducción a los capítulos que estructuran la publicación y que se ve enriquecido por un extenso apéndice. “El feminismo africano, concebido como la lucha de las mujeres por sus derechos, ya existía antes de la colonización. Tal vez no bajo el término ‘feminismo’, pero desde luego que existían sociedades donde las mujeres se agrupaban tanto para dar fuerza a sus reivindicaciones como para formar comunidad bajo un concepto de sororidad distinto al nuestro”, señala la artista.
“Tanto la materia como la forma de este libro resultan absorbentes. La artista potencia un excelente diálogo acerca de la reconstrucción de la idea de la mirada y ‘el otro’”, destaca Damarice Amao, presidente del jurado del prestigioso premio Paris Photo-Aperture 2020, que ha otorgado a la publicación el premio al Mejor Libro del Año. “Su puesta en página y su diseño gráfico, inteligente, inventivo —incluso desestabilizador—, contribuyen muy bien al propósito”. Es la segunda vez que se premia a una autora española: Laía Abril resultó premiada en 2018 con On Abortion. Óscar Monzón, con Karma, y Daniel Mayrit, con You Haven´t Seen Their Faces, también fueron ganadores dentro de la categoría de Mejor Primer Fotolibro, en 2013, y 2015 respectivamente. C.E.N. S.U.R.A, de Julián Barón, obtuvo una mención de honor del jurado en 2012, y La grieta, de Carlos Spottorno y Guillermo Abril, lo haría igualmente en 2017.
Publicado por RM conjuntamente con Images Vevey, se trata del segundo fotolibro de esta autora, cuya obra reincide en los efectos y consecuencias de la colonización en el mundo contemporáneo. En su primera publicación, Picnos Tshombé, partió de la historia de la República Democrática del Congo, a través del siniestro líder secesionista de Katanga Moisé Tshombé, acusado del asesinato del anticolonialista Patrice Lumumba, y acogido en la España de Franco, donde fue secuestrado en extrañas circunstancias, para terminar enlazando con el tema de los manteros en España. Un proyecto, igualmente estructurado con material apropiado intercalado con el suyo propio, al que la fotógrafa se refiere como docu-ficción, ya que nunca se desplazó al Congo durante su elaboración. Sin embargo, la autora sí residió durante tres años en Bamako, Mali, tiempo durante el cual comenzó a germinar su última serie fotográfica. Fue allí donde “mi indignación nubló mi capacidad de análisis y juicio equilibrado. Tendí a establecer comparaciones con los procesos de la lucha feminista en curso en occidente ¡qué gran error por mi parte! Debo admitir, no sin algo de vergüenza, que mi primera reacción fue típica de una mujer blanca, privilegiada y empoderada”, tal y como destaca la autora en la portada del libro premiado.
“El proyecto está basado en mi experiencia personal. No soy ni historiadora, ni antropóloga, ni una teórica del feminismo”, subraya Oyarzabal. “Cuando hablamos como extranjeros, es fundamental que seamos conscientes de nuestra posición de privilegio ¿Qué me da ese privilegio? ¿El color de mi piel? ¿Mi estatus social? ¿Mi religión? ¿Mi edad? ¿Mi lengua?”, se pregunta la fotógrafa. Fueron muchos los libros de la rica y variada literatura africana de los que echó mano durante el desarrollo de la serie, en su mayoría escritos por mujeres, pero fueron fundamentalmente dos los que iluminaron su nueva mirada. El primero de ellos, La invención de las mujeres. Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales del género, escrito por Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí, presenta una evaluación muy crítica que incide en la colonización no solo como un concepto geopolítico sino como instrumento capaz de colonizar el concepto de mujer a través del lenguaje y de la manipulación del pensamiento imponiendo nuevos cánones. Hijas que son varones y esposos que son mujeres, publicado en 1987, se centra en el pueblo Igbo. En él, Ifi Amadiume cuestiona el feminismo dominante y propone una concepción africana de un matriarcado asentado en la autonomía de géneros y en la construcción de un equilibrio social desde la diferencia, no desde el imaginario de la igualdad. “Ambas obras concluyen que antes de la colonización el género no era determinante a la hora de alcanzar privilegios, sí lo era la edad y el linaje”, apunta Oyarzabal.
“Me introduje en distintos ambientes buscando poder observar la posición de la mujer. Desde rituales chamánicos, reuniones de la clase más elitista, prostíbulos, eventos artísticos o en los distintos eventos que componen el festival que se celebra anualmente en honor a Fela Kuti”, cuenta la autora. Finalmente buscó un estudio de fotografía donde poder llevar a cabo una sesión de retratos que arman con fuerza y dan consistencia al proyecto. Así una mujer, a la que no podemos ver el rostro, posa sobre un decorado de fuerte colorido en consonancia con su atuendo, construido a base de estrambóticas combinaciones. La serie acabará siendo una hipérbole de los estereotipos y clichés que podrían acompañar a la mujer africana y se presenta intercalada por paisajes donde se percibe la huella de símbolos caídos, dedos que apuntan certidumbres que se tambalean, imágenes de archivo volteadas y coloreadas “¿Alcanzará la mujer del futuro la igualdad de género y equidad a través de los modelos de lucha occidental o llegarán nuevos discursos?”, se pregunta Oyarzabal.
Woman Go No’ Gree. Gloria Oyarzabal. RM/ Images Vevey. 176 páginas. 45 euros.
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