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Tres libros de fotografía para un otoño que se nos escapa

La escurridiza naturaleza de las fotografías, los libros que Robert Frank realizó con Steidl y las sugerencias de Joel Meyerowitz son los temas de algunas de las nuevas publicaciones de este otoño sobre fotografía

'Untitled', de la serie 'The Dream House', de 2002.
'Untitled', de la serie 'The Dream House', de 2002.Gregory Crewdson (Gregory Crewdson)

Siendo un estudiante, el crítico, curador y también fotógrafo David Campany (Londres, 1967) trabajó en una librería. Una tarde se organizó una charla con Susan Sontag. Despistada, la conferenciante llegó cuatro horas antes de empezar. Brindaba así al joven la oportunidad de explayarse en una larga conversación, quien, aún reconociéndose un gran admirador de la ensayista y cineasta, no pudo disimular su descuerdo con ciertos aspectos de su emblemático ensayo Sobre la fotografía: “Le ha faltado extenderse acerca de alguna imagen en particular”, observó. “Mi libro trata más sobre la fotografía como un fenómeno, social y artístico. Quizás algún día escribas un libro titulado ‘Sobre fotografías’”, le vaticinó la autora.

De esta suerte, Thames & Hudson publica On Photographs, el último libro de Campany, en el cual el autor analiza, una a una, 120 imágenes. Así, partiendo de lo particular, nos hace pensar en lo general, sorteando las licencias que un autor se puede llegar a tomar cuando las imágenes no aparecen en la página o en la pantalla. Las imágenes elegidas no son ni mucho menos sus favoritas; algunas son famosas, otras desconocidas, algunas son de moda, otras documentales o publicitarias. Su presentación elude cualquier tipo de cronología al tiempo que da cuenta de la historia del medio.

Más información
New York City, 1963, de Joel Meyerowitz.
FOTOGALERÍA: Tres libros para reflexionar

“Las fotografías confunden así como fascinan, esconden tanto como revelan, distraen tanto como compelen. Son unas comunicadoras impredecibles”, afirma el escritor. Lejos de intentar explicar las imágenes en sí, en su conjunto le sirven al autor como pretexto para indagar en la evasiva y ambigua naturaleza de la fotografía. De esta manera incita al lector a reflexionar sobre qué ocurre cuando observa la imagen, dejando de un lado la intención del fotógrafo. Al fin y a cabo cada imagen encierra en sí misma un apabullante número de detalles; un universo que excede el control del artista y enciende la imaginación del espectador. “Una vez en el mundo, una fotografía puede adquirir un mensaje más allá de su intención”, apunta Campany, al tiempo que hace referencia a cómo el significado de una imagen que nos atrae puede variar en cada lectura.

Al morir, la pintora mexicana Frida Kahlo dejó tras sí cientos de imágenes, algunas de ellas con la marca de su barra de labios detrás. Solo una lleva la marca de un beso sobre la imagen. Se trata de una fotografía anónima que muestra a Diego Rivera pintando. “Una fotografía es una huella, como lo es un beso con pintalabios, Pero ¿qué es exactamente una huella? Es una presencia que marca una ausencia y como tal su significado nunca puede ser exacto”, escribe Campany. De ahí que frecuentemente las imágenes suelen presentarse acompañadas de palabras, para"domesticar" y “estabilizar” su ‘salvaje’ condición, como de hecho lo hace el libro, que adopta el clásico formato de una imagen a página junto a un texto en la contigua. Cuando en 1844, el pionero de la fotografía y creador del calotipo William Henri Fox Talbot publicó El lápiz de la naturaleza, uno de los primeros libros ilustrados, incorporó pequeños textos para acompañar sus imágenes. “Había entendido la locura de su invención”, asegura Campany.

La factoría de libros de Gerhard Steidl

El libro ha sido tradicionalmente cómplice de la fotografía. Así, para Robert Frank (Zúrich, Suiza, 1924,-Nueva Escocia, Canadá, 2019) hacer un buen libro siempre fue más importante que vender sus imágenes. “El libro asegura la perdurabilidad de la obra, en mayor grado que cualquier otro medio”, expresaba el autor de The Americans, uno de los libros de fotografía más influyentes de la historia del medio cuya poderosa y provocativa garra sigue vigente seis décadas después de su publicación. De ahí que desde que en 1946 concibió 40 Fotos, un cuadernillo con espiral donde yuxtaponía imágenes en apariencia de naturaleza contrapuesta, no dejó de producir libros. Son 32 las publicaciones que surgieron de su fructífera relación profesional con el denominado gurú de la impresión, Gerhard Steidl, libros que quedan resumidos en Robert Frank. Books and Films Published by Steidl, el último de los monográficos que la editorial ha dedicado al autor.

Estimulado por la idea de convertir los libros de fotografía en una forma artística, Gerhard Steidl, soñó siempre con tener una pequeña factoría de libros. La parte superior del edificio estaría dedicada a elaborar ideas, una idea que iría dándose forma en los pisos inferiores hasta llegar a materializarse en un libro en la planta inferior. Un sueño que con los años se materializó en un recinto de instalaciones apodado como Steidlville en la localidad alemana de Gotinga. Llegar allí es a su vez el sueño de todo fotógrafo y creador, una experiencia que la artista conceptual Mary Ellen Carroll describió en The New Yorker como"ir a besar el anillo del Papa". Books and Films Published by Steild nos sumerge en el interior de este fascinante laboratorio, adonde el fotógrafo suizo acudió anualmente durante un periodo de quince años, con el fin de supervisar la publicación de sus libros. Un proceso documentado a través de imágenes, y acompañadas por ensayos y entrevistas con el autor, que tuvo como resultado una serie de monográficos que funcionan como estructura y cartografía de su obra. Libros de artista construidos a través de su tenaz sentido lírico de la secuenciación. Donde siempre hay sitio para la belleza, donde lo íntimo convive con lo neutro y la insinuación con la revelación, dejando siempre un espacio para el lector. De ahí, que Steidl describa la obra de Frank como “tres esculturas. La número uno: la fotografía; la número dos: sus películas, y la número tres: sus libros”.

New York City, 1974.
New York City, 1974.Joel Meyerowitz (Joel Meyerowitz)

La epifanía de Joel Meyerowitz

Fue principios de los años sesenta, mientras trabajaba como director de arte de una pequeña agencia de Nueva York, cuando Joel Meyerowitz (Nueva York, 1938) vio por primera vez a Robert Frank. El fotógrafo suizo había sido contratado para hacer las fotografías de un folleto. Entonces Meyerowitz ni tan siquiera conocía su nombre, pero verlo trabajar durante aquella sesión le abrió los ojos a otra manera de mirar el mundo. “Cada gesto, cada acontecimiento de la calle parecía tener un significado”, recuerda el fotógrafo americano de aquel día que cambió el rumbo de su vida y decidió dedicarse a la fotografía. “Fue un momento de revelación”. Así, la epifanía parece estar en el corazón de la obra de este pionero del color y leyenda vida de la fotografía callejera, que asegura haber pasado casi seis décadas respondiendo a la inesperada belleza del mundo. How I Make Photographs, (Laurence King) reúne aquellos trucos que le han servido para abordar su trayectoria. Se trata del primer número de una serie llamada Master of Photography.

Aprender a anticiparse para poder reaccionar ante lo inesperado forma la base del credo de este fotógrafo que aprendió a descubrir la belleza de lo ordinario pateando las calles de Nueva York en busca de capturar su energía y coreografía. "Los humanos repiten las mimas cosas una y otra vez, asegura, “Si uno llega a entender eso puede predecir, movimientos, gestos y acciones”, ese pequeño gesto donde puede recaer toda la fuerza de una imagen. El libro incluye una amplia selección de sus fotografías, fundamentalmente de su fotografía de calle, de las cuales el autor hace uso en casos concretos para explicar algunas de sus orientaciones. Destaca la ambigüedad como uno de los puntos fuertes de la fotografía y la importancia de saber sacar partido de ella. De ahí que sus imágenes revelan su singular habilidad para establecer conexiones entre cosas que no están relacionadas entre sí. Hace también hincapié en el proceso de edición. “La fotografía aparentemente trata del mundo visual, pero realmente tiene que ver con las ideas”, asegura, y es en el proceso de la edición donde uno las reconoce. El tono distendido y cercano del libro es otra prueba del entusiasmo y la energía con la que este gran comunicador encara la profesión y la vida. No en vano considera la fotografía no solo como un medio para ver el mundo sino también para aprender sobre uno mismo, partiendo siempre de su más firme creencia; “no hay reglas en el arte de la fotografía”.

On Photographs. David Campany. Thames & Hudson. 264 páginas. 27,67 euros.

Robert Frank: Books and Films published by Steidl. Steidl. 144 Páginas. 18 euros.

Joel Meyerowitz: How I Make Photographs. Laurence King Publishing. 128 páginas. 12, 78 euros.

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