Cuando la ciudad es un organismo vivo y cambiante
Cargado de inercias, se adapta a cada sociedad y su tiempo. Es un retrato de lo que somos y lo que queremos ser. Un proyecto eternamente inacabado. Cualquier intervención debe sustentarse sobre valores universales y locales. Solo cuando conocemos algo en profundidad somos capaces de quererlo y respetarlo. Y cuidar lo valioso de cada persona, de cada sitio