Javier Marías

Alguien a quien no le interesa leer es alguien a quien le trae sin cuidado saber por qué está en el mundo

Cada vez que se entregan los Óscars, me pregunto cuándo algunos críticos y muchos de los espectadores dejaron de entender de cine

Los medios de comunicación mundiales se dedican a alentar que la gente se ponga gratuitamente en peligro

Estamos a dos centímetros de que lo que escandalice no sea dónde se guarde el dinero, sino que se lo posea

Que ahora haya desastres sin cuento, no puede ponerse en el debe de la Transición

Los bancos, durante decenios, no sólo permitieron el demencial endeudamiento de los ciudadanos, sino que lo fomentaron

Este Papa actual cae muy bien a laicos y a católicos disidentes, y bastante mal, al parecer, a no pocos obispos españoles

Hay no pocos jueces que no disimulan nada, y a los que no preocupa lo más mínimo manifestar síntomas de locura

Nunca se ha hablado tanto como ahora, y nunca se ha tenido tan poca conciencia de hablar tanto

Lo que tiene gracia y es amable, lo grato, también eso hay que “erradicarlo”. Qué mundo antipático y hosco se nos quiere colocar

¿Qué hay mejor que sentirse “salvadores” y “héroes”, y recibir agradecimiento y veneración por parte de su cofradía?

De pronto ante la perspectiva de volver a elegir representantes, empieza a despertarse de la extraña ensoñación

Por casualidad las oí disfrutar con las amigas, compartir diversión y charla, con una especie de juvenilismo natural, no forzado ni impostado, irreductible

Hoy ya no sorprende, pero esa organización poseía una red de vigilancia que no tenía demasiado que envidiar a la Stasi

Uno se pregunta qué es lo que estos colectivos furiosos no entienden de lo que es tan fácil. El DRAE no “sanciona” ni “legaliza”

Los españoles acaban de descubrir la corrupción, y me temo que solamente porque padecen una crisis económica que vuelve a la gente susceptible

Pérez-Reverte sigue empeñado en propiciar mi descrédito ante los que me rodean regalándome armas. No sé si me estoy convirtiendo en su terror o en su hazmerreír

Mucha gente quiere ser cada vez más como la gente de ficción (y cretina) de la mayoría de los anuncios televisivos, y éstos han popularizado dos 'slogans' particularmente nefastos: “Yo estuve allí”

Cualquiera que haya frecuentado sus aventuras, narradas por Watson y escritas por Conan Doyle, preferiría ser él antes que otro héroe o villano

Está instalada la creencia de que la cultura es como el aire, por el que a nadie se cobra

Cuando salgamos de nuestras cotidianas cuitas, nos encontraremos con un país desolado

Los lujos, vicios y antojos de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia

En la guerra que se desencadenó entre la mafia y Mussolini, los dos bandos subestimaron al oponente, lo peor que se puede hacer

Es grave que hayamos alcanzado un grado de idiotez en el que prevalece lo que nos aseguran que ocurre sobre lo que vemos

Al leer todo seguido sobre esos libros jaleados y encumbrados, que no obstante es como si no existieran, uno se pregunta por qué escribimos tanto

Huele a artificial esa fiebre. Se propaga cuando en España hay un Gobierno del PP del que uno entiende que cualquiera quiera separarse

No hay la menor exageración si se afirma que la capital del Reino es la ciudad más guarra de Europa

La recuperación económica, no digamos la plena recuperación, llena la boca del presidente del gobierno

Estamos en este mundo por casualidad, fruto de una verdadera lotería

Hay parques de atracciones cuyos túneles del terror han caído en picado porque pocos conocen sus figuras y no dan miedo

Colapsan las urgencias y las consultas, en vista de lo cual el Gobierno de Rajoy no hace más que reducir la Sanidad pública

Hay parejas que presumen no sólo de no tener secretos, sino de aceptar ‘todo’ del otro

Algunos profesores americanos se llevan las manos a la cabeza ante ciertas iniciativas tan semejantes a las de la Iglesia cómplice

Ahora hay gente tan longeva que su centenario la pilla con vida, como sucedió hace no mucho con Ernst Jünger y Francisco Ayala

Hay demasiados sitios en los que se trata a las mujeres como ciudadanas de segunda