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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

No faltan mujeres líderes. Faltan mujeres en posiciones de liderazgo

Persisten obstáculos para que las mujeres lleguen a posiciones de liderazgo, pese a contar con las calificaciones necesarias. Debemos poner en marcha políticas para cerrar la brecha de liderazgo.

International Women's Day
Francisco Ferreira, profesor del International Inequalities Institute en London School of Economics; Raquel Fernandez, profesora de Economía de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos); Eduardo Levy-Yeyati, profesor titular Universidad Torcuato Di Tella; Marcela Eslava, decana y profesora titular de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes (Colombia); Stanley Bailey, profesor de Sociología de la Universidad de California (Estados Unidos) y Ana María Ibáñez, vicepresidenta de Sectores y Conocimiento del BID,CHELO CAMACHO

Banco do Brasil, GM y Waze tienen mujeres líderes. Es altamente probable que México, por primera vez en su historia, tenga una mujer presidenta. En otros frentes también hay buenos indicadores. Las mujeres en América Latina y el Caribe son hoy más educadas que los hombres. Entre 2000 y 2019, su participación laboral ha aumentado de 55% a 63%, aunque todavía es insuficiente para cerrar la brecha frente a los hombres.

Somos un ejemplo de liderazgo femenino. Estamos a la cabeza de dos vicepresidencias del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y tenemos bajo nuestra responsabilidad las áreas operativas y de conocimiento técnico. La mitad de los empleados en nuestras vicepresidencias son mujeres.

En el Día Internacional de la Mujer, hay una tendencia de celebrar a las mujeres líderes. Esto es importante, pero es una mirada parcializada. Debemos preguntarnos por qué muchas no llegan a ocupar cargos altos, a pesar de sus logros educativos. Faltan más mujeres en posiciones de liderazgo.

Las brechas de género en posiciones de liderazgo se ven en todos los niveles de nuestra región, desde la baja representatividad en gobiernos (solo 25% de los puestos ministeriales) hasta las sillas en las juntas directivas de empresas (20% de las sillas). Las instituciones multilaterales donde trabajamos no son la excepción. Datos del BID, el Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional indican que los tres organismos están por debajo del 30% de representación femenina en sus directorios.

Otras mujeres ejercen un liderazgo silencioso, sin el debido reconocimiento social o económico. Nos referimos a la mujer que conduce un puesto en el mercado local, que negocia con proveedores y mantiene el registro contable. En nuestra región, hay más de 560.000 MiPymes lideradas por mujeres. Ellas tienen dificultades para conseguir financiamiento e integrarse en cadenas de valor. Un estudio en Chile reveló que las solicitudes de crédito de mujeres, en condiciones equivalentes a las de los hombres, tenían un 18,3% menos de probabilidades de ser aprobadas que las solicitudes de los hombres, en gran parte debido a decisiones sesgadas o prejuiciosas de ejecutivos, particularmente masculinos, y no por tener un mayor riesgo de no cumplir con los pagos.

Estos ejemplos y la evidencia estadística de muchos estudios lo dicen claramente: persisten obstáculos para que las mujeres lleguen a posiciones de liderazgo, pese a contar con las calificaciones necesarias. Debemos poner en marcha políticas para cerrar la brecha de liderazgo.

Una solución utilizada son las cuotas de representación. Adoptadas por primera vez en Noruega, las cuotas se han usado para ampliar la participación de mujeres en mesas directivas en Colombia, Costa Rica, Perú, Chile, México y Panamá, entre otros. Han sido efectivas al inicio, pero investigaciones del BID encuentran que la paridad se reduce de manera significativa para los puestos ejecutivos más altos. La carga desigual en el cuidado y el trabajo doméstico, la carencia de servicios de cuidado infantil y las normas sociales son obstáculos para la progresión laboral de las mujeres.

Ampliar los servicios de cuidado infantil ha probado ser efectivo. En México, un servicio de cuidado para madres trabajadoras con hijos de 0 a 3 años aumentó en 4,5 puntos porcentuales su participación laboral. Según un estudio en 15 países de la región, las licencias de maternidad y paternidad, al promover una mejor distribución de las cargas de cuidado y aumentar el compromiso de los hombres con el cuidado de sus hijos, contribuyen a incrementar la participación laboral femenina y reducen brechas de género en ingresos.

Otra solución es que las mujeres reciban financiamiento con puntuación crediticia y métodos de financiación innovadores. En Chile, la plataforma de procuraduría pública ChileCompra brindó certificación, entrenamiento, y mentoría a empresas en manos de mujeres, y favoreció su participación y experiencia en procesos de compras públicas.

Invertir en políticas que promuevan el liderazgo femenino no es un juego de suma cero, donde las mujeres ganan, y los hombres pierden. Al excluir a las mujeres de oportunidades, la sociedad está desaprovechando su potencial. Perdemos las mujeres y pierden los países. Un estudio elaborado por el BID demostró que, en Brasil, las ciudades que tuvieron a una mujer alcaldesa reportaron menos muertes durante el primer año de la pandemia de COVID-19.

Es notable el logro de mujeres líderes, ya que ser mujer líder es difícil. A menudo estamos sujetas a más escrutinio para validar nuestros ascensos, una especie de micromachismo que las mujeres enfrentamos a diario.

Las mujeres aportamos tanto y podemos aportar mucho más. Necesitamos líderes hombres y mujeres que hagan el esfuerzo adicional para remover los obstáculos que impiden aprovechar todo el potencial de las mujeres. Necesitamos gobiernos que inviertan en las niñas, los sistemas de cuidado y la educación para que todos tengamos las mismas oportunidades.

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