El reto de desarrollar un negocio en medio del caos de Haití

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Historias como esta no salen a menudo en las noticias. Pero incluso en medio de la crisis política y económica que afecta a Haití, donde parece que casi nada funciona, hay empresas que mantienen su pulso para ofrecer empleos, capacitaciones y desarrollar un negocio. Una de ellas es Les Villages Apicoles Horizons S.A. (ViAHSa), una compañía fundada en 2017 en Grande-Anse, en el norte del país, que se ha convertido en un faro de esperanza en medio del caos. Con el objetivo de modernizar la producción de miel, representa la innovación y la resiliencia en un entorno donde los desafíos parecen insuperables.

La compañía ha logrado superar barreras históricas en la apicultura haitiana, transformando métodos tradicionales en procesos más eficientes y sostenibles. Con una producción que supera los 200.000 litros anuales, la compañía utiliza controles de calidad avanzados —como análisis de refractometría y colorimetría— para garantizar que la miel cumpla con estándares internacionales, abriendo la puerta a nuevos mercados y oportunidades de exportación.

Además de impulsar la modernización del sector, ViAHSa genera un impacto social en su entorno: emplea directamente a 15 personas y colabora con más de 50 apicultores locales, fortaleciendo la economía de comunidades vulnerables. “Nuestra misión es doble: mejorar la calidad de la miel y transformar la vida de quienes trabajan en ella”, afirma André Jean-Baptiste, director ejecutivo de la compañía, al subrayar su compromiso con el desarrollo comunitario.

En un país marcado por la inestabilidad, casos como este simbolizan también de alguna forma la capacidad de reinvención de Haití. La empresa se erige como modelo de emprendimiento, demostrando que, con visión e inversión en tecnología, es posible desafiar las adversidades y crear oportunidades para el crecimiento y la integración en el mercado internacional.

Una tarea titánica

Pero en un país con su capital tomada por las bandas criminales y con un colapso institucional, la exportación de productos enfrenta enormes desafíos logísticos, principalmente con el transporte. Las rutas hacia la capital y los principales puertos de salida están fuertemente afectadas por la inseguridad, lo que obliga a las empresas a enfrentar una tarea titánica para llevar sus productos al mercado. Los bloqueos y la presencia de pandillas complican cada envío, aumentando drásticamente los costos y los tiempos de distribución.

Tanto las rutas terrestres como las marítimas están bajo el control de diversas pandillas, lo que ha generado un escenario de riesgo constante. “Las vías de acceso se han convertido en zonas de conflicto; es casi imposible garantizar la seguridad de la carga en tránsito”, declara Jacques Louis, experto en logística y transporte. Según cuenta, esta situación ha hecho que los envíos se retrasen o incluso sean interceptados, afectando gravemente a los productores locales.

Paralelamente, el sistema aduanero haitiano se encuentra en un estado de inoperancia. La falta de registros y censos actualizados ha llevado a que no existan controles adecuados sobre las importaciones y exportaciones. Las instituciones estatales han perdido no solo el control físico de la capital, Puerto Príncipe, sino también la capacidad de monitorear a nivel estatal el número de emprendimientos, desplazamientos y negocios en funcionamiento, lo que agrava la incertidumbre en el sector.

Esta situación se traduce en un panorama caótico: sin un registro oficial de los negocios y con aduanas que no funcionan correctamente, se incrementa la informalidad y la pérdida de recursos. “La ausencia de un sistema eficaz en aduanas y la dominación de las rutas por pandillas son una bomba de tiempo para el desarrollo económico de Haití”, advierte Samuel Pierre, economista especializado en políticas públicas, resaltando la urgencia de reformas estructurales que recuperen el control y la transparencia en el comercio exterior.

Capacitación y formación, el motor del cambio

Frente a estos desafíos estructurales, ViAHSa apuesta por la capacitación y la educación como herramientas fundamentales para transformar la realidad del país. En 2021, la empresa lanzó el Centro de Formación Permanente en Apicultura, una iniciativa destinada a enseñar nuevas técnicas y metodologías de manejo de colmenas, lo que no solo mejora la calidad del producto, sino que también fomenta el desarrollo de capacidades locales.

El centro de formación se ha convertido en un espacio de encuentro para apicultores y emprendedores, donde se imparten cursos que van desde la gestión de colmenas hasta la implementación de controles de calidad. “La capacitación es la llave para transformar la economía haitiana. No se trata solo de mejorar la miel, sino de empoderar a la gente para que pueda competir en mercados globales”, comenta Marie Claire Desrosiers, especialista en desarrollo agrícola, quien subraya la importancia de invertir en educación técnica.

Los programas de formación han tenido un efecto multiplicador en la comunidad, generando un cambio en la forma de producir y comercializar la miel. Con más de 500 apicultores capacitados hasta la fecha, se observa una tendencia a la modernización que va más allá del sector apícola, inspirando a otros emprendedores a adoptar prácticas innovadoras y sostenibles. Esta transformación ha comenzado a sentar las bases de una economía más organizada y resiliente.

A largo plazo, la apuesta por la capacitación se vislumbra como la estrategia clave para romper el ciclo de crisis en Haití. “Invertir en la formación de nuestros ciudadanos es la única forma de garantizar un futuro próspero y estable”, afirma Jean-René Matisse, profesor de economía y desarrollo social. Con iniciativas como la de ViAHSa, se abre un camino que no solo impulsa la modernización de un sector tradicional, sino que también fortalece la estructura educativa y el espíritu emprendedor de toda una nación.