Los buses argentinos que ayudan a los pasajeros con autismo a viajar más tranquilos
La iniciativa de adaptar las señales pictográficas surgió de un grupo de trabajadores de una línea de Buenos Aires. Luego se sumaron otras empresas y una fábrica de micros
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Se calcula que uno de cada 36 niños en Estados Unidos ha sido diagnosticado con un Trastorno del Espectro Autista (TEA), de acuerdo a estimaciones de la Red de Monitoreo de Discapacidades del Desarrollo y Autismo de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de ese país. En la Argentina, las estadísticas son más difusas y este tipo de relevamientos no existen porque los estudios de prevalencia suelen ser costosos. Se calcula que en el país hay entre 500.000 y un millón de personas con esa condición. Suena impreciso, pero quizás los resultados finales del censo 2022, que aún no se dieron a conocer, puedan ofrecer datos más certeros.
Para las personas con autismo, tomar un medio de transporte público —y más aún en una megalópolis como Buenos Aires— puede ser una experiencia estresante. La situación es aún más grave para aquellos que son sensibles a la luz, los sonidos, los olores y otros estímulos, además de la tensión que significan las habilidades sociales requeridas.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires, que incluye la ciudad capital y la provincia de Buenos Aires, circulan 388 líneas de micros, que transportan a unas once millones de personas todos los días durante las 24 horas. Una de esas empresas, la Línea 85, pensó en la vida de esas personas con autismo e impulsó la idea de incorporar señalización pictográfica, que apunta a facilitar la rápida percepción por parte de los pasajeros que tienen autismo.
La iniciativa surgió de un grupo de empleados de la empresa ubicada en la ciudad de Quilmes (sudeste del área metropolitana de Buenos Aires), que realiza tareas sociales a través del sitio La banda de Saes. “Desde hace un tiempo, hacemos tareas solidarias, como apadrinar una escuela e impulsar campañas de donación de sangre y órganos, entre otras. Todo a través de carteles en los colectivos. En una de esas acciones, invitamos a una asociación civil de niños autistas. Vimos cómo a los nenes les llamaban la atención los colores y los carteles del colectivo. En base a esa necesidad, comenzamos a trabajar”, contó Alejandro Garro, gerente de la Línea 85 y fundador del sitio que nuclea las actividades.
A partir de ese momento, pusieron manos a la obra: buscaron apoyo profesional en entidades especializadas en el estudio de personas con autismo de Argentina y se contactaron con el Centro Aragonés para la Comunicación Aumentativa y Alternativa. La ONG española ofrece recursos gráficos y materiales adaptados con licencia Creative Commons para facilitar la comunicación y la accesibilidad cognitiva a las personas que presentan dificultades en esas áreas.
La iniciativa se multiplica
En marzo del año pasado, al poco tiempo de comenzar con el proyecto, los 110 colectivos de la Línea 85 estaban equipados con una veintena de señales adaptadas. Esa acción impacta en los 55.000 pasajeros diarios de la compañía. Y produjo un saludable efecto contagio en otras empresas. “La repercusión fue rápida. Al poco tiempo, se sumó a la iniciativa la Línea 98, que tiene 137 unidades funcionando. Hicieron lo mismo una de Avellaneda y otra de Lanús, del Gran Buenos Aires”, se entusiasma Garro.
El efecto multiplicador de la iniciativa llegó a las empresas que se dedican a acondicionar los micros para el transporte urbano. Todo Bus, una de las más importantes del país, se comprometió a lanzar al mercado sus unidades de fábrica ya con los pictogramas adaptados. “Ellos carrozan micros para todas las líneas del país. Entregan un promedio de 60 unidades por mes”, dijo Garro.
La ONG Salidas Inclusivas dio apoyo a los transportistas en temas vinculados a la accesibilidad cognitiva y sensorial. Gabriela Leoni Olivera, fundadora de la institución, psicóloga y especialista en trastornos del espectro autista, explica las diferencias entre estos símbolos incorporados recientemente y los de la señalética clásica.
“Muchas personas con autismo tienen dificultad para comprender lo simbólico: necesitan que las cosas sean más explícitas. La señalética adaptada, con pictogramas, es más clara; el entorno se hace más fácil de entender. Ellos los ven y el concepto les queda enseguida. Muchos adultos ya no necesitan los pictogramas porque comprenden más el entorno, pero a veces no sucede lo mismo con los niños. Esto les da más claridad, los alivia...”, agregó Leoni Olivera.
Hacer fila, esperar en la parada, los modos de pago y tocar el timbre para bajar en la próxima parada. Todas esas acciones están explicitadas en la señalética, que fue bien recibida por las personas con autismo y sus familias. “Les da cierto nivel de anticipación, claridad y tranquilidad. Es también una manera de calmar la ansiedad de estas personas”, dijo.
La iniciativa de la Línea 85 llamó la atención de las autoridades nacionales. El caso fue presentado en la Quinta de Olivos, la residencia oficial del presidente, en el marco de una jornada de concientización sobre el autismo. Y contó con el aval inicial del Ministerio de Transporte de la Nación.
“Nosotros celebramos las iniciativas de la sociedad civil y el apoyo de los empresarios en su tarea de responsabilidad social. Venimos trabajando con pictogramas para el sistema federal de transporte en sus cinco versiones: aeronáutico, automotor, ferroviario, marítimo y lacustre”, dijo Daniel Güerci, director de Accesibilidad del Transporte, que depende del Ministerio de Transporte de la Nación.
Las asociaciones civiles, de acuerdo a la mirada del funcionario, utilizan Sistemas Aumentativos de Comunicación (SAC). Mientras que el Estado busca impulsar los pictogramas en los medios de transporte. “Los SAC deben ser aprendidos y no son universales como los pictogramas. Debemos trabajar para lograr algo de forma consensuada, con una mirada inclusiva, accesible e integral para todas las personas con discapacidad”.
La Ley 26378, que fue sancionada y promulgada en 2008 en la Argentina, promueve y protege los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad, con la base de un enfoque holístico. Güerci contó que se está trabajando en un comité para el tratamiento de una norma de pictogramas. Y reconoció que aún hay un vacío legal en el tema.
“Estamos haciendo camino al andar. La incorporación de pictogramas es novedosa, especialmente en el caso de las señaléticas muy específicas. Se utilizan muchas en rutas y caminos, pero no dentro de las unidades de transporte. Estamos trabajando en el desarrollo de normativa y manuales”, apuntó el funcionario. Leoni Olivera señaló a la necesidad de un trabajo conjunto para avanzar con la normativa necesaria, más allá de las iniciativas de particulares y empresarios. “Desde las ONGs y las asociaciones de padres debemos asesorar, con la idea de crear una normativa y un sistema de regulación. La iniciativa de la Línea 85 es una puesta en marcha, pero queda mucho por hacer”.
