Petro lanza la campaña por la consulta popular: “Le tienen miedo al pueblo”

“Ni la lluvia va a detener la consulta popular”, dijo el presidente Gustavo Petro al principio de su discurso en la Plaza de Bolívar este martes, en el centro de la capital colombiana, frente a una multitud cargando sombrillas de colores. El jefe de Estado logró convocar a miles de ciudadanos en las principales capitales del país, y frente al edificio del Congreso, minutos antes de una votación en la que se preveía el naufragio de su reforma laboral. El presidente no piensa ver su reforma caer en el Capitolio sin una batalla. Desde la semana pasada ha atacado a los congresistas que han anunciado que votarán a ponerle punto final a la iniciativa de ley, ha apelado a una consulta popular para que la reforma sea impulsada desde las urnas, y ha convocado a una marcha para demostrar que su poder político aún logra mover a miles. “Quedan convocados, arranca la consulta popular”, dijo Petro a los colombianos desde la tarima. “Se acabaron los tiempos en el que el pueblo era derrotado, en que el pueblo era humillado”, añadió.

El centro del ataque del jefe de Estado en su discurso fueron los ocho congresistas, de 14 que tiene la Comisión Séptima del Senado, que firmaron una ponencia la semana pasada pidiendo archivar la reforma laboral. “Han traicionado al pueblo de Colombia, y lo han hecho por la codicia, lo han hecho por dinero”, dijo el presidente. “Ha olvidado la clase política colombiana, vendida a los dueños del dinero, lo que significa el poder del pueblo”, añadió. De acuerdo a Petro, si no aprueban reformas sociales como la laboral, a los congresistas “hay que sacarlos de ahí, porque no nos sirven, no le sirven al pueblo”. Las próximas elecciones legislativas son exactamente en un año, el 8 de marzo de 2026. La vicepresidenta Francia Márquez, en discurso desde la ciudad de Cali, fue incluso más directa: “Ustedes tienen que tomar decisiones en las próximas elecciones de este país, porque si siguen eligiendo el Congreso que han elegido, el pueblo seguirá sometido a condiciones de miseria”.

El presidente ha enfocado sus críticas en dos congresistas mujeres, de dos partidos cristianos, que no son opositoras cerriles, y fueron las últimas en unirse al bloque que busca hundir la reforma: Ana Paola Agudelo, del Mira, y Lorena Ríos, de Colombia Justa Libres. “Levantan la cruz, pero volteada, porque odian la justicia”, dijo el presidente sin mencionar sus nombres. “Ahora vemos los pastores traicioneros, vendidos, escupiendo sobre Jesús el carpintero”, añadió. “Se han arrodillado a un dios falso, que el es dios del dinero”, replicó.

El presidente también dedicó un espacio del discurso para atacar al alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, quien no sumó al Distrito a la declaratoria de Petro de un el día cívico, que permite no trabajar. El presidente lo había criticado previamente en X, y en su discurso se concentró en el racionamiento de agua que Galán adoptó hace casi un año, tras una dura sequía. “Señor Alcalde Galán, traiga el agua a Bogotá, y no humille al pueblo”, dijo Petro, quien gobernó la ciudad entre 2012 y 2015. “La Constitución dice que iban a funcionar los servicios públicos en Bogotá. ¿Dónde está el agua que es lo esencial para la vida? Si sus propios especuladores de la tierra, compañeros de campaña y amos del gobierno local, acabaron con el agua en Bogotá, y el alcalde no se supone oponer, y no sabe para donde va”, añadió

En el usual discurso del presidente que divide a un ellos de un nosotros, en el que el Congreso es corrupto y codicioso, Petro dice que con él viene a ganar una batalla más por la libertad del pueblo. Comparó sus esfuerzos con los de los esclavos que liberaron Haití de la colonia francesa, los palenqueros del caribe colombiano que huyeron de la esclavitud, y los soldados del general Simón Bolívar que lucharon por la libertad de Colombia. “Desde el África sabían convocar a los pueblos para que gritaran libertad. Hoy estamos haciendo lo mismo”, dijo el presidente. “No somos esclavos, no somos sirvientes del poder, somos seres humanos”, añadió, al convocar a una campaña en favor de una consulta popular que aún no ha pedido oficialmente y cuyo primer obstáculo es tener el aval del Senado.

El jefe de Estado también dijo representar a la señora “de los tintos”, quien tiene una jornada laboral de 12 o 16 horas por pasar buena parte de esas en el transporte público, para servir a unos “hijos de papi y mami” en el norte de la capital que se burlan de ella. Terminó repitiendo que él es como un personaje de Cien años de soledad, la famosa novela de Gabriel García Márquez, Aureliano Buendía. “Dije ayer, quizás sea el último Aureliano, y me place, porque los Aurelianos le vendieron el corazón a la violencia, antes que amar como en La Vorágine”, dijo Petro. “Es hora de ponerle punto final a cien años de soledad”, añadió. Un punto final con consulta popular, o con las elecciones del 2026. Lo que venga primero.