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Un 2024 negro para el recaudo por impuestos: disminuye en 10,3% frente a 2023

El Gobierno atribuye el desplome, concentrado en abril, al precio récord en los precios de las materias primas en 2023 y adelanta que en mayo se recuperará un 4% a 5%

Camilo Sánchez

De los 107,3 billones en ingresos por impuestos proyectados para abril, el Gobierno se ha estancado en 85,9. O lo que es lo mismo: 21,5 billones por debajo de la meta, un 20%. Son datos frescos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), que también evidencian una descolgada vertiginosa del 41% interanual. Es la cifra más baja en 14 años y un saldo que oscurece el rango de maniobra estatal para adelantar su hoja de navegación en temas como las reformas sociales.

Crisis fiscal. Ese es el concepto que hoy se repite en buena parte de los analistas y economistas en Colombia. Pero desde el oficialismo tratan de relativizar la contracción en las cuentas y adelantan que para mayo habrá un repunte de entre el 4% y el 5% real en el recaudo frente al mismo mes del año pasado. Son cifras que dio el ahora exdirector de la DIAN, Luis Carlos Reyes, recién designado ministro de Comercio, Industria y Turismo: “Es una muy buena noticia. Y no solo por el tema de caja. El recaudo lo que me está diciendo es en qué dirección está yendo la economía”.

Luis Carlos Reyes, nuevo director de la DIAN
Luis Carlos Reyes en agosto de 2022.Camilo Rozo

En su discurso se percibe la urgencia de apaciguar a los acreedores de un país que, tras la pandemia, pasa trabajos para equilibrar la diferencia entre los ingresos que percibe de los impuestos que pagan los colombianos y el gasto en inversión que desembolsa el Estado. Un asunto que se ha complicado en la última semana tras la decisión de la Corte Constitucional de tumbar la norma que eliminaba una deducción en el impuesto a la renta para las compañías de hidrocarburos. El fallo le resta unos 6,6 billones de pesos al presupuesto nacional, con los que se contaba desde la reforma tributaria de 2022.

El retrato completo, sin embargo, tampoco favorece al Gobierno. Luis Fernando Mejía, director del centro de pensamiento Fedesarrollo, comentó en su cuenta de X que el recaudo fiscal cayó hasta abril un 10,3%. Un registro comparable en este siglo solo con 2010, cuando la crisis financiera mundial alteró todos los indicadores. “El año pasado se efectuaron retenciones muy altas a las empresas petroleras basadas en los precios del barril de petróleo, que también eran muy altos”, explica Luis Carlos Reyes, “este año, con los precios más bajos, y la decisión de la Corte Constitucional de tumbar la no deducibilidad de las regalías, las mismas empresas petroleras y mineras tienen unos saldos a favor muy grandes con los cuales pagan sus impuestos. Todo eso implica un recaudo menor”.

Colombia Ecopetrol
Tanques de almacenamiento de Ecopetrol en Barrancabermeja (Colombia), en 2022.Ivan Valencia (Bloomberg)

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Queda claro que para el Gobierno las causas del desbarajuste son exógenas y el desfase en los cálculos oficiales ya se está corrigiendo de manera responsable para cumplir con la regla fiscal. De hecho, Reyes subraya que los ingresos por impuestos durante el primer trimestre fueron los más altos de la historia como porcentaje del Producto Interno Bruto, en una especie de juego de espejos que comprime o expande los datos según la perspectiva. “La conclusión es mucho más fácil”, resume el experto financiero Andrés Pardo, “el cuadro general va mal”.

Pardo se une a otras voces, como la del exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, que han evidenciado que el promedio de ingresos por impuestos para el primer trimestre marchaba casi por debajo de los 4 billones de la meta fijada por la DIAN. De acuerdo con sus cálculos, si las cosas siguen al mismo ritmo, ese déficit al finalizar el año podría alcanzar los 15 billones. De la misma forma, etiqueta la caída interanual del 41% como “violenta” y trata de hallar explicaciones que se remiten al calendario tributario.

“Puede ser un tema estacional”, continúa Pardo, que explica que las empresas pagan el impuesto de renta en dos cuotas, una en abril y otra en junio. “Pero por un motivo que desconozco, este año la DIAN decretó que la primera se pagaría en mayo. Eso genera una distorsión porque aún no se ha recaudado la de abril”.

Razones de sobra para que pronostique, en sintonía con Reyes, una corrección en la próxima lectura. También incide en las fluctuaciones en el precio del carbón y el petróleo, que este año se ha atemperado y con ello la base gravable de las empresas: “El Estado, adicionalmente, tendrá que devolver los 3,4 billones que recaudó el año pasado por concepto de la no deducibilidad de las regalías”.

Nuevo ministro de Hacienda de Colombia, José Manuel Restrepo
José Manuel Restrepo, en 2018.Mauricio Dueñas Castañeda (EFE)

Una amalgama de factores que acotan el saldo fiscal a pagar por parte de las compañías de hidrocarburos. De hecho, Pardo afirma que la DIAN ya tenía incorporado en sus metas mes a mes todos estos riesgos. Y el Gobierno ha ido delimitando por el camino el alcance de sus ambiciones. Cada vez que se reduce la tarta fiscal, afloran numerosos dilemas para un Ejecutivo que ha tenido que paliar las cicatrices legadas por la pandemia.

El economista de la Universidad Nacional Diego Cortés remarca que la situación también está anclada al anémico crecimiento de 0,3% registrado en 2023: “Una realidad que impactó la renta. También la calidad del consumo y con ello el recaudo por IVA”. Así mismo añade el lío que han supuesto las correcciones en los cálculos de ingresos esperados por la vía de litigios en los que la DIAN contaba con recuperar hasta 10 billones de pesos provenientes de ciudadanos morosos y otros entuertos.

La realidad, sin embargo, es que los pronósticos se han derrumbado a menos de la mitad. Y con ello los dilemas para enfrentar los dos años que quedan de Gobierno se recrudecen: “No hay mucho margen de maniobra para ampliar el endeudamiento. La situación es alarmante porque el Estado, al tener que responder por el gasto y las deudas, tendrá que restringir la inversión pública”, concluye Cortés. Y a renglón seguido, dejar de atender los ambiciosos planes que tenía para hacer frente a la pobreza y la desigualdad.

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Camilo Sánchez
Es periodista especializado en economía en la oficina de EL PAÍS en Bogotá.
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