Los productores miran con dudas la cascada de rebajas en los supermercados colombianos
Cadenas como Ara, Olímpica, Makro o el Éxito reducen los costes de centenares de productos con el fin de combatir la inflación. El presidente Gustavo Petro celebra la medida
El reciente encarecimiento desbocado de los alimentos, con una discretísima reducción anual del -0,07% en abril, ha supuesto un frente complejo en el fenómeno inflacionario que viene afectando la capacidad adquisitiva de los colombianos. Ahora, después de varios meses de agudización, cuatro de las principales cadenas de supermercados han entrado en una suerte de carrera para bajar los precios de cientos de productos, esgrimiendo que así hacen un aporte en la lucha contra la inflación. El presidente Gustavo Petro no tardó en celebrar la decisión y felicitó en su cuenta de Twitter el compromiso de rebajar hasta un 45% productos básicos como el arroz, los huevos o el aceite.
La noticia llega dos meses después de que un grupo de bancos anunciara la reducción de las tasas de intermediación en algunas de sus tarjetas crédito con sendos anuncios que también explicaban la medida como un gesto para ayudar a las familias colombianas a gestionar mejor la inflación de dos dígitos. Esta vez el CEO en Colombia de Jerónimo Martens, el consorcio portugués dueño del supermercado Ara, Pedro Leandro, subrayó que se trata de una acción para “garantizar la seguridad alimentaria de los colombianos”. Y Jimmy Char, vicepresidente comercial de la barranquillera Olímpica y miembro de la poderosa familia, dueña también del equipo Júnior de Barranquilla o del banco Serfinanza, añadió que el bienestar de los clientes es su objetivo principal y, por tanto, “sobrepasar la situación inflacionaria es lo que importa”.
Sin embargo, para Juan Carlos Morales, director de la Food First Information and Action Network (FIAN), una organización con carácter consultivo ante la ONU, resulta paradójico que después de dos años de inflación, y habiendo atravesado una situación de inseguridad alimentaria “muy aguda”, “ahora las empresas anuncien una bajada de precios. Me quedan muchas preguntas porque durante meses no se apiadaron ni de los consumidores ni de cientos de personas que se enfrentaron incluso al hambre”. El directivo no deja pasar la oportunidad para recordar el informe publicado hace un par de meses por el Programa de Seguridad Alimentaria, que indica que en Colombia hay 15 millones de personas en condición de inseguridad alimentaria entre moderada y severa.
Un comunicado del Éxito, el gigante de origen paisa, hoy constituido por una mayoría accionaria francesa, emitió un comunicado en el que resalta las ventajas de su campaña denominada “precios insuperables”: “A marzo, la inflación de alimentos de Éxito ha sido 4,8 puntos por debajo de la inflación nacional, contribuyendo al ahorro efectivo de los colombianos”, informó la compañía más grande del sector. También ha explicado que las promociones abarcan a unos 500 productos, de los cuales el 80% son comprados a productores y proveedores locales.
Makro, la compañía fundada en los años 60 en Holanda y enfocada en ventas institucionales y en grandes paquetes, se ha sumado a la catarata de anuncios y ha exhibido descuentos en productos de aseo, verduras o pescado.
Para el investigador y administrador de empresas de la Universidad Santo Tomás, Jairo Andrés Méndez, es probable que muchos de los pequeños proveedores de los supermercados absorban el impacto de esta oleada de rebajas: “Los acuerdos comerciales entre las grandes superficies y los pequeños proveedores son desconocidos. Muchas veces hay cláusulas unilaterales y en decisiones grandes, como esta disminución de precios, los penalizados suelen ser ellos”.
El último reporte de inflación publicado por el Departamento Administrativo de Estadística (DANE) señaló un anhelado, pero aún insuficiente descenso del corrosivo 13,34% de marzo al 12,92% en abril. Un respiro parcial si se tiene en cuenta que la meta del Banco de la República es encapsular esa cifra en un 7% para el cierre del año. Pero al estudiar las últimas cifras también se hallan reducciones del precio de alimentos básicos como el tomate (-13,20%), la cebolla (-10,70%) o las papas (-8,75%). Otra bocanada de oxígeno al que se suman algunas frutas, el azúcar o la carne de cerdo.
Juan Carlos Morales explica que diversos estudios han demostrado que, para tener un marco amplio de esta historia, conviene recordar que la incidencia de las grandes superficies en las palancas que determinan los mecanismos inflacionarios obedece a “sus propias estrategias de especulación que ejercen sobre los productos”. Una tesis similar a la que plantea Jairo Andrés Méndez: “Yo de verdad no creo, a menos de que hagan una explicación transparente y detallada, que las grandes superficies estén haciendo un esfuerzo de disminución de precios. Habría que investigar si van a cambiar las comisiones que les cobran a los productores o intermediarios por poner sus productos en sus góndolas. O si los pagos a sus proveedores se van a hacer a 90 días o más, por ejemplo”.
La economista Martha Yaneth Sandoval dice que la medida está vinculada, muy probablemente, a asuntos tributarios: “Hay que mirar cómo es el juego de los beneficios fiscales que la ley le da a las grandes superficies y grandes empresas por hacer presencia o fortalecer los PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial). Esta reducción de precios está anclada, y coincide en el tiempo, con una ley recientemente aprobada que estipula desgravaciones a cambio de proyectos que impulsen el desarrollo en estos territorios”.
Con el anuncio de estas rebajas, agrega la economista, hay que ser muy cuidadoso y ver qué productos incluyen. En el caso de Ara, por ejemplo, señala que la oferta está formada en un alto grado por alimentos ultraprocesados.
Fuentes gubernamentales añaden que desde hace unos meses se venía negociando con las empresas la posibilidad de alcanzar los descuentos. Y Óscar Gutiérrez, director de la organización campesina Dignidad Agropecuaria, precisa que la visita del presidente Petro a Portugal la semana pasada dejó, precisamente, acuerdos con los dueños de Ara que estipulan la apertura de 230 tiendas más de la cadena en Colombia: “En el sector agro se ha conocido que el Gobierno quiere que el supermercado portugués haga las veces del desaparecido Instituto de Mercadeo Agropecuario (IDEMA), que le compraba los productos a los campesinos sin inflar los precios y sin intermediación. ¿Qué va a pasar con las grandes centrales de abasto?”.
Pero su preocupación también radica en que los precios de los insumos en el campo, el transporte, la mano de obra, el alquiler de contenedores o la gasolina siguen al alza: “Eso impactó durísimo los costos de producción y hasta ahora la variación no ha sido sustancial. Y ahora el primero que sale a promocionar la reducción en cientos de productos es Ara, y el Éxito detrás a no dejarse ganar terreno. Yo no entiendo bien qué es lo que está pasando”.
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