Bancos al banquillo
Hemos visto como la tasa de usura sube y sube, llegando a niveles que casi compiten con los detestables créditos del gota a gota
Todos lo dicen. Nadie lo niega. El presidente Petro está haciendo lo que prometió en campaña. Y eso está bien. Así deberían ser los gobiernos y los gobernantes. Si a uno lo eligen por andar diciendo en campaña que va a pintar todas las fachadas de rosado, pues arranque desde temprano a pintar casas y edificios para que los cuatro años le alcancen para tan loable labor. Si los colombianos votaron para que haya cambios en el sistema de salud, regulación en las tarifas de energía, renovación en el sistema de pensiones y una fuerte apuesta por hacer la paz con los violentos, pues no hacerlo sería absurdo e incongruente. Y de los políticos incongruentes estamos aburridos en este país.
Es por ello que sorprende que estos seis meses de gabela que el presidente le ha dado a los bancos para que sean más amables con sus usuarios parece que han sido desaprovechados por un sector que sin duda está en la mente del mandatario como uno de tantos que tiene que cambiar para ajustarse a las necesidades de los colombianos.
Llevamos muchas semanas viendo como cada tanto el Banco de la República, dentro de su misión de controlar la inflación, ha estado subiendo las tasas de interés. En consonancia, los bancos han ido subiendo las tasas de los créditos de todo tipo haciendo cada vez más costosa la posibilidad de que los colombianos tengamos acceso a los servicios del sistema financiero. Hemos visto como la tasa de usura sube y sube, llegando a niveles que casi compiten con los detestables créditos del gota a gota. ¿Dónde está la respuesta a la necesidad de la ciudadanía?
Una gran cantidad de las tasas de interés que cobran los bancos sobre créditos que ofrecen no deberían ser tan altas como hoy las tienen. De hecho, si el Superfinanciero exigiera a los bancos transparencia para justificar las tasas que están cobrando en distintos tipos de créditos, muchos se quedarían sin argumentos para explicar porqué están entregando a los colombianos el dinero tan costoso. ¿Será que llegó el momento para que el Presidente busque la forma de llevarlos a bajar las tasas?
Por Constitución, Petro no podría intervenir la tasa de usura que hoy ronda el 48%, pero seguro hay otras estrategias que ya debe estar analizando el gobierno para conseguir que los bancos se apiaden de tenderos, ferreteros, vendedores por catálogo, peluqueros y tantos otros microempresarios que podrían darle un gran impulso a la economía si los bancos fueran más generosos, más si se tiene en cuenta las altísimas ganancias que cada año reporta el sector financiero.
El gobierno está avanzando en la consolidación del Grupo Bicentenario, un grupo financiero que al reunir a todas las entidades del sector que pertenecen al Estado será el segundo grupo bancario más importante del país. Desde allí la competencia será dura y la meta clara: obligar a que los bancos reduzcan sus tarifas siguiendo las leyes de la competencia. Sin embargo, aún faltan meses para que ese paso se concrete.
Entretanto, ¿no es el momento para que los bancos muestren buena voluntad? ¿En vez de esperar el golpe, no deberían hacer equipo con el Gobierno para ayudar a los colombianos ansiosos de ver crecer sus negocios y mejorar su economía? Los banqueros tienen la palabra.
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