Kárpov: “Internet ha dado una 2ª vida al ajedrez”
El excampeón, muy activo a los 70 años, es muy optimista en Vigo sobre el futuro del rey de los juegos
Anatoli Kárpov lleva más de medio siglo (tiene 70 años) atendiendo a periodistas, firmando autógrafos, posando para fotos con aficionados, atendiendo a autoridades… Pero lo sigue haciendo con gusto y buenos modos. Hoy, en Vigo, donde mañana jugará una partida de exhibición con el alcalde, Abel Caballero. Con los periodistas ha resaltado la importancia de internet para el ajedrez: “Se juegan unos 600 millones de partidas por año. Es la 2ª vida del ajedrez, y será muy larga”.
Firmar casi 400 autógrafos en dos horas, como el excampeón ha hecho esta tarde en el centro comercial Travesía, sería agotador para cualquiera. Pero su mano derecha está muy entrenada: en 2006, en Ciudad de México, estableció un récord Guinness al rubricar 1.951 (su año de nacimiento) ejemplares de su biografía escrita por el periodista y fotógrafo español David Llada. En Vigo ha atendido a niños para quienes Kárpov es una leyenda viva, a hombres y mujeres que le idolatraron en su infancia y luego dejaron el ajedrez, a seguidores incondicionales que ven un sueño cumplido y a los curiosos que nunca faltan. Estos últimos abundan ahora más que nunca, porque la pandemia y la serie Gambito de Dama han producido un tremendo auge del ajedrez en todo el mundo.
“En Rusia también. Las ventas de juegos, piezas y libros han crecido más de un 50%”, ha explicado por la mañana, siempre atento a precisar o corregir al traductor, porque Kárpov entiende mucho el español, aunque casi nunca lo hable. Y ha añadido datos precisos: “En los últimos 50 años ha habido tres momentos de gran auge: el duelo Fischer-Spassky de 1972 y los míos contra Korchnói [1978 y 1981] y Kaspárov [1984-1990], pero sobre todo el de Sevilla [1987]. Durante la pandemia he visitado diez países y he podido ver ese aumento de popularidad en todos ellos”.
En una conversación posterior con EL PAÍS, el multicampeón del mundo ha recalcado la importancia del ajedrez en las redes, aunque con ciertos matices: “Es verdad que el riesgo de trampas aumenta, pero los beneficios pesan mucho más. Ahora bien, una vez acabada la pandemia, creo que los torneos de primera fila mundial deberían ser presenciales, no por internet, porque si no se pierde casi por completo la lucha psicológica, que es un componente fundamental, y también el contacto social en los torneos, del que tanto hemos disfrutado”.
No parece lejano el momento en que se inserten chips en el cerebro; por ejemplo, para controlar la salud. Por tanto, también se podrán insertar los programas informáticos que juegan mejor que el campeón del mundo: “Sí, eso quizá obligue a que los árbitros deban incluir en sus instrumentos de trabajo un detector y desconector de esos artilugios. También se dice que una computadora cuántica, cuando existan, podrá jugar al ajedrez perfectamente. Pero creo que nada de eso terminará con el ajedrez humano”.
Esa convicción se sustenta porque, según Kárpov, el ajedrez aporta muchos valores y cualidades muy útiles en el siglo XXI: “Muchas ideas y conocimientos se transmiten mejor a través del ajedrez que de las matemáticas. Además, es muy útil para saber tomar decisiones y defenderlas. Y para gestionar el tiempo. Mi experiencia indica que cuando padres y educadores conocen su enorme potencial pedagógico, son partidarios de su implantación en el sistema educativo, que sigue creciendo en todos los continentes. En la ciudad de Tyumen [Siberia occidental], a la que yo represento como diputado en el Parlamento de Rusia, sus 350 escuelas van a tener el ajedrez por partida doble, en horario lectivo y extraescolar”.
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