Así se mueven las encuestas de las elecciones generales del 23-J
Los últimos sondeos muestran avances del PP y el PSOE. La suma de PP y Vox parte como mayoría probable, pero su margen no es definitivo
Este artículo es un fragmento de la ‘newsletter’ de Kiko Llaneras, que estas semanas estará dedicada a los datos de las elecciones. Es un boletín para suscriptores de EL PAÍS, pero se puede recibir un mes de prueba: apúntate aquí.
Como era previsible, las encuestas se están moviendo tras un triple acontecimiento: el resultado del 28-M, la convocatoria sorpresa y la confirmación de que Podemos concurrirá subsumido en Sumar. Según nuestro promedio de sondeos, cuya metodología se explica abajo, el Partido Popular sería la primera fuerza, rondando el 34% de los votos, seguido de PSOE (26%), Vox (14%) y Sumar (13%).
El gráfico siguiente muestra la evolución de estos datos, con dos tendencias claras. En la derecha, el PP ha subido con la desaparición de Ciudadanos, y restando también ligeramente a Vox. En la izquierda el que sube es el PSOE, para recuperar el equilibrio con las fuerzas a su izquierda, que hace unas semanas eran Podemos y Sumar, y ahora su combinación.
El otro movimiento relevante es el de los bloques de izquierda (PSOE y Sumar) y derecha (PP y Vox): desde las elecciones de mayo se observa un avance de la segunda, que vuelve a abrir su ventaja hasta los ocho puntos. Es una cifra trascendental. PP y Vox necesitan ganar con cierta holgura en esta métrica, al menos por tres o cuatro puntos, si quieren la mayoría de escaños.
El escenario central
A partir del promedio anterior, he calculado el reparto de escaños que resultaría. Lo hago asumiendo que esos totales de voto nacional se distribuirán por las diferentes provincias de manera similar a como lo hicieron en 2019 (ver metodología). En este escenario principal, la suma de PP y Vox ronda los 180 asientos y tiene una mayoría justa —el umbral está en 176—. Es decir, que las encuestas actuales ven su Gobierno como la opción más probable, pero en absoluto garantizada. ¿El motivo? PP y Vox apenas tienen media docena de escaños de margen, y como las encuestas son un ejercicio aproximado, hay espacio para cambios durante la campaña y para sorpresas en la noche electoral.
Una mayoría de PP y Vox podría, quizá, completarse en algunos escaños si consiguen el apoyo de Coalición Canaria o de las fuerzas de la España Vaciada. Queda más lejos, de momento, la posibilidad de que el PP tenga suficiente fuerza como para buscar una investidura en solitario y con abstenciones de fuerzas como el PNV. Por ejemplo, podría servirle rondar los 150 escaños y pactar abstenciones de Vox (pongamos que con 30 o 35 diputados), PNV (6) y CC (1). Pero ese escenario es complicado incluso aritméticamente: exige, no tanto que el PP le quite votos a Vox, como que la suma de la derecha se eleva aún más sobre la izquierda.
Las opciones de la izquierda
Las opciones del PSOE pasan por que mejoren sus sondeos o los de Sumar. Bien durante la campaña o bien sorprendiendo el 23-J. Pero, ¿de qué magnitud debería ser ese giro?
Si la suma de PSOE y Sumar avanza 2,5 puntos sobre la de PP y Vox, los bloques quedarían 42% a 45%, en votos, y la mayoría de escaños de la derecha estaría en el aire al 50% de probabilidad. Habría las mismas opciones de que acabaran sumando como de que no.
Para que la victoria de la izquierda resulte muy probable, PSOE y Sumar necesitan avanzar tres o cuatro puntos —que es mucho—, para volver esencialmente al resultado de las elecciones de noviembre de 2019. El Gobierno más plausible sería entonces la reedición de una mayoría con el apoyo de muchas de las fuerzas más pequeñas, similar a la que convirtió a Pedro Sánchez en presidente hace cuatro años.
Metodología del promedio. Nuestro promedio tiene en cuenta decenas de sondeos para mejorar su precisión, tomando todos los que publican medios de comunicación y que se recogen en Wikipedia periódicamente. Es un promedio ponderado para dar distinto peso a cada encuesta según tres factores: la casa encuestadora y su historia, el tamaño de su muestra, y la fecha del estudio. El último criterio —dar más peso a las encuestas más recientes— es el más importante de todos. En el promedio he excluido los sondeos del CIS, que se han demostrado sesgados, y otras encuestadoras sin trayectoria. El cálculo de escaños a partir de los votos lo explico aquí o aquí. He usado métodos parecidos desde 2015, por ejemplo aquí.
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