Menú con sorpresa
Platos que apelan a los cinco sentidos, que hacen disfrutar del sabor, pero que también provocan una explosión de imaginación. Todos ellos acompañados de los cócteles más sugestivos.
Hay pasiones que resisten hasta una cena de hamburguesería, pero tampoco es preciso llevar el compromiso hasta tales extremos. Si se trata de sorprender, no hace falta recurrir a regalos que dejen tiritando la economía. Lo que prima es sentirse único, al menos por una noche. Cada uno tiene su fórmula personal.
“Cada año monto cuatro cenas especiales en casa para amigos y pareja”, explica Ramon Freixa, con restaurantes en Madrid y Barcelona. “Pienso mucho en la escenografía, pero sobre todo en la mejor forma de seducir”, añade. Joan Gurguí, cocinero personal, coincide en llamar la atención de los sentidos. “Tenemos que centrarnos en su diversidad; con el tacto buscamos los contrastes de texturas, como el crujiente y el cremoso; con la vista jugamos con colores que despiertan la sensualidad, como el rojo de la fresa”.
Y un consejo para las cenas íntimas, levantarse lo mínimo: “El objetivo es cortar poco el rollo, atacar con los preliminares y elegir las bebidas como el hilo conductor. La culminación será el postre”. Y como se trata de disfrutar, preguntamos a Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, que trabajaron codo con codo con Ferran Adrià en elBulli y ahora han abierto en Barcelona el restaurante Disfrutar. Si Gurguí apostaba por los cinco sentidos, Castro va a la mente. “Hay que sorprender. Por ejemplo, la galleta Artiach con queso Idiazabal. Primero pienso en el gusto; después ya visto el plato”.
Presentamos algunas recetas para impresionar en un encuentro especial, bañadas con cócteles que ha preparado Giuseppe Santamaria, bar manager del Ohla Boutique Bar: “En la elaboración y degustación de un cóctel intervienen los cinco sentidos. Hay que usar productos frescos y bebidas alcohólicas de calidad”.
