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Netanyahu estrecha el cerco a las ONG israelíes críticas con la ocupación

La Knesset abre la vía al control de la financiación europea de organizaciones humanitarias

Juan Carlos Sanz
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la Knesset.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la Knesset.ABIR SULTAN (EFE)

Organizaciones que aspiran a ser la conciencia crítica de la sociedad civil israelí ante la ocupación de territorios palestinos desde hace casi medio siglo están viendo amenazada su actuación en el Estado judío. La Knesset (Parlamento unicameral) aprobó en la madrugada del martes en primera lectura una ley que obligará a estos grupos a informar de las donaciones que reciben de otros países o de organismos extranjeros, si el importe supera la mitad de su presupuesto. Esta legislación impulsada por el Gabinete ultraconservador de Benjamín Netanyahu parece haber sido cortada a medida para unas 70 ONG de izquierdas que cuestionan la política gubernamental —como Paz Ahora, favorable a un acuerdo entre israelíes y palestinos—, que en su mayoría son financiadas por aportaciones de la Unión Europea y de países como Dinamarca, Suecia, Noruega o Bélgica.

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Bruselas y Washington han expresado su preocupación ante una legislación contra la financiación exterior de las ONG que recuerda a la normativa existente en la Rusia de Vladímir Putin o la Turquía de Recep Tayyip Erdogan. La oposición israelí también ha criticado el doble rasero que supone la llamada “ley de transparencia”, ya que obliga a informar de los fondos recibidos de donantes públicos, que suelen ir dirigidos a organizaciones contrarias a la ocupación, pero no de las donaciones privadas, que favorecen mayoritariamente al movimiento que impulsa los asentamientos de colonos judíos en Cisjordania y Jerusalén Este.

En el debate celebrado en la Knesset antes de la votación, Netanyahu defendió la aprobación de una ley que considera “democrática y necesaria”. En una reunión del grupo parlamentario de su partido, el conservador Likud estableció además una analogía con la situación en el País Vasco en España. “Imaginad que Israel estuviese financiando a organizaciones favorables a la independencia vasca”, argumentó. El primer ministro ha tenido que corregir, sin embargo, el exceso de celo de la titular de Justicia, Ayelet Shaked, del partido procolono Hogar Judío, que había introducido en el proyecto legislativo la obligación de los miembros de las ONG afectadas de portar una etiqueta identificativa especial dentro de la Knesset, que era vista como un signo de discriminación.

Con una mayoría de un solo voto en un Parlamento de 120 escaños, la coalición gubernamental apenas ha superado el escollo de la primera votación de la ley, que aún precisa de dos nuevas ratificaciones antes de entrar en vigor. Uno de los diputados de la mayoría, el centrista Michael Oren, se ausentó de la Cámara durante la votación para expresar su rechazo a la “ley de transparencia”. Oren, exembajador israelí en Estados Unidos, ha alertado de que el Departamento de Estado norteamericano puede llegar a rebajar la calificación democrática de Israel.

“Este proyecto de ley es un acto discriminatorio contra quienes critican al Gobierno”, aseguró tras la votación Paz Ahora a través de un comunicado. Personalidades de la izquierda israelí como el escritor Amor Oz han sido hostigadas por grupos de la extrema derecha por haber dado públicamente su apoyo a ONG que cuestionan la ocupación, como B´Tselem, cuyos integrantes documentan casos de violaciones de derechos humanos cometidos contra la población palestina.

En contra del criterio del Gobierno, el jefe del Estado Mayor israelí, el teniente general Gadi Eisenkot, afirmó este martes que ha dado instrucciones para que el departamento legal del Ejército investigue los testimonios sobre violaciones del código de conducta militar de antiguos soldados y oficiales presentados por Breaking the Silence. Esta organización formada por antiguos miembros de las Fuerzas Armadas publicó el año pasado un informe crítico sobre la intervención israelí en la franja de Gaza durante el verano de 2014.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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