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Los republicanos cambian su postura en California sobre los inmigrantes

La convención estatal del partido aprueba un lenguaje menos agresivo con la inmigración para ganar votos y se queja de la retórica de Trump

Pablo Ximénez de Sandoval
Marcelino Valdez, autor del cambio del Partido Republicano de California en inmigración, el domingo en la convención de Anaheim.
Marcelino Valdez, autor del cambio del Partido Republicano de California en inmigración, el domingo en la convención de Anaheim.

No fue fácil. El cambio llegó después de horas de negociación en privado, un intenso debate en público y, sobre todo, después de 20 años de hacer como que no se enteran de que la mayoría social de California ha cambiado dramáticamente. Pero, finalmente, el Partido Republicano dio este domingo un primer paso para recuperar a los votantes latinos del estado o, al menos, para dejar de darles miedo. Durante la Convención estatal del partido en Anaheim, los republicanos aprobaron por gran mayoría suavizar su programa sobre inmigración y eliminar al menos el lenguaje ofensivo que formaba parte de sus estatutos.

El nuevo texto elimina la referencia “extranjero ilegal” (en inglés illegal alien, un término considerado ofensivo para los inmigrantes indocumentados) o la exigencia de controlar a todos los trabajadores que estén en el país. El documento base del partido se mantiene igual en lo que respecta a oponerse a una amnistía, porque “solo premia y anima a violar la ley”. Se reafirma en que el inglés debe ser la lengua oficial (una exigencia del Tea Party) y pide un refuerzo de las fronteras. “Creemos que solo después de que se hayan reforzado las fronteras y el sistema de inmigración legal se haya modernizado, podemos plantearnos como país la complicada cuestión de qué hacer con los millones de personas que están aquí ilegalmente. Como todos los americanos, los republicanos tienen opiniones diversas sobre esta cuestión”.

Mike Huckabee, en la convención republicana de Anaheim.
Mike Huckabee, en la convención republicana de Anaheim.AP

Son cambios cosméticos, pero muy significativos para el partido. La percepción de los republicanos como un partido de viejos blancos reaganistas que desprecian la diversidad y los avances sociales los ha condenado al ostracismo. El estado tiene un 40% de población que se declara hispana en el censo y son el primer grupo de población por encima de los blancos no hispanos. Se calcula que un tercio de los 11 millones de indocumentados de EE UU, la mayoría latinos, viven en California. Además, tiene una gran población asiática muy sensible a las leyes de inmigración. El proponente de la enmienda que de los estatutos del partido se llama Marcelino Valdez, representante por Fresno, en el Valle Central, la zona agrícola que alimenta a EE UU y que tiene una de las mayores proporciones de latinos pobres del estado. “Hoy el Partido Republicano de California ha dejado claro que somos proinmigrantes”, decía Valdez el domingo. Añadió que “esta es una plataforma anti-Proposición 187”.

La Proposición 187 es un término político de uso común en California y parte de la historia del estado. En 1994, el gobernador republicano Pete Wilson decidió construirse un nombre en el nivel nacional con un discurso radical antiinmigración que se concretó en una propuesta legislativa que fue sometida a votación y aprobada por los californianos. El aspecto más concreto de la Proposición 187 era negar cualquier tipo de servicio público a personas indocumentadas. La Proposición 187 fue anulada por los tribunales por inconstitucional. Se trata de una vergüenza para el estado. El año pasado, el gobernador firmó una ley para eliminar cualquier rastro de aquello que pueda quedar en la legislación californiana.

Pero además, provocó una reacción del activismo de base de los latinos que dura hasta hoy. Desde entonces, el Partido Republicano pasó a ser visto no solo como antiinmigrantes, sino como antilatinos. La consecuencia es que, a la vez que ha ido aumentando la población latina de California, dos décadas después los republicanos son un partido casi marginal. Los demócratas tienen la Gobernatura, mayoría en las dos cámaras, todos los puestos constitucionales del estado y las alcaldías de Los Ángeles y San Francisco.

El plenario de la convención republicana dedicó media hora a debatir la enmienda. Valdez dijo que “utiliza un lenguaje que es más adecuado al electorado diverso de California”. Valdez relató que había conseguido apoyos de todos los sectores del partido, incluido el Tea Party, en duras negociaciones durante el fin de semana sobre el texto, palabra por palabra. “No es lo mismo lo que decimos que cómo lo decimos. la gente cree que somos antiinmigrantes y no es así, estamos a favor de la inmigración legal”, decía Valdez.

“Este es un día histórico en la política de California”, afirmaba Valdez a EL PAÍS tras la votación. En cuanto a dar solución a los indocumentados, reveló que su posición personal va algo más allá de la que ha conseguido pactar: “Creo que tenemos que verlo. Tiene que haber una solución para la gente que está aquí. La gente no puede vivir con miedo. Es algo que hay que considerar”. El cambio de posición llega como una cuestión de supervivencia para el partido: “Nuestra intención con esto es atraer más votantes y empezar a ganar elecciones”, afirmaba Valdez.

La figura del candidato republicano a la presidencia Donald Trump estuvo presente durante el debate y la convención. Trump no tenía ningún comité o grupo de apoyo en la convención. Una encuesta informal entre los visitantes lo dejó en segundo lugar de preferencia. Valdez dijo que Trump era un candidato “extremo” que “no habla por nuestro partido sino para conseguir audiencia” y que no entiende de qué manera está dañando el mensaje republicano en California. La misma idea repetía Harmeet Dhillon, vicepresidenta del partido: “La mayoría no estamos de acuerdo con el lenguaje que se está usando”, afirmó, “no podemos responsabilizarnos de los candidatos nacionales”.

De los 16 candidatos a la presidencia, solo el gobernador Mike Huckabee habló en la convención republicana del estado más grande y más rico de EE UU. Eso, a pesar de que solo dos días antes de comenzar la convención se encontraban todos en Los Ángeles para participar en el debate de CNN.

La enmienda fue aprobada a mano alzada por amplísima mayoría de los delegados y recibida con una ovación. Durante el debate, tomó la palabra un concejal de Fresno explicó su postura con una anécdota personal. La semana pasada fue a ligar a un bar y conoció a “una mujer mexicoamericana”. Ella le propuso volver a verse el fin de semana y él dijo que no podía, que iba de delegado a la Convención Republicana en Anaheim. “Entonces me preguntó: ‘¿Vas a votar a Trump? Nos quiere echar a todos del país”, relataba. “Eso es a lo que nos enfrentamos”. Minutos después, el Partido Republicano de Nixon y Reagan votaba a favor de, por lo menos, dejar de dar miedo.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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