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Ucrania quiere abolir las concesiones a los separatistas

Kiev considera invalidados los tratados de paz tras la violación de las elecciones del Este

Pilar Bonet
Zajárchenko, presidente de la República de Donetsk.
Zajárchenko, presidente de la República de Donetsk. a. KHUDOTEPLY (AFP)

Las autoridades de Ucrania consideran medidas para bloquear a los independentistas de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk (RPD y RPL) y evitar que éstos puedan extender sus dominios. El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa (CSND), reunido ayer en Kiev, se planteaba, a petición del presidente Petró Poroshenko, abolir las concesiones realizadas en el marco del diálogo, intermitente y escaso, que culminó con la firma de los acuerdos de Minsk en septiembre por parte de representantes de Ucrania, Rusia y los independentistas, bajo la égida de la OSCE.

Aleksandr Zajárchenko e Igor Plotnitski tomaron ayer posesión de sus cargos como jefes de la RPD y RPL, respectivamente, tras ser declarados vencedores en las elecciones celebradas el domingo para legitimar el territorio que controlan. Los comicios, respaldados por Moscú, suponen una infracción de los acuerdos de Minsk, en virtud de los cuales se deberían haber convocado elecciones locales de acuerdo con la ley descentralizadora que la Rada de Ucrania aprobó en septiembre y el presidente firmó en octubre. Esta ley, válida para tres años, daba competencias suplementarias a las regiones controladas por los separatistas y concedía a éstos una amnistía.

Dado que los separatistas organizaron la cita con las urnas según su propio diseño, al margen de la legalidad ucrania, Poroshenko quiere ahora abolir la ley que él mismo firmó y se dispone a plantear al CSND que recomiende tal medida a la Rada Suprema (el Parlamento estatal). El nuevo Legislativo —donde el partido del presidente y el del primer ministro Arseni Yatseniuk están formando una coalición— podrá proceder a desmantelar los elementos del acuerdo de Minsk en cuanto comiencen las sesiones parlamentarias, previsiblemente a fines de noviembre o principios de diciembre. De momento, ya han llegado a la Cámara dos proyectos de ley, uno para acabar con el estatus especial concedido a las zonas controladas por los separatistas y otro, anulando la amnistía.

En este contexto de degradación política del conflicto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó ayer en Bruselas que la Alianza ha observado “recientemente” tropas rusas “acercándose” a la frontera con Ucrania, informa Ignacio Fariza. Stoltenberg aseguró que Moscú sigue “entrenando y equipando” a los rebeldes prorrusos y ofreciéndoles ayuda “a través de las fuerzas especiales” desplegadas en territorio ucranio. En la conferencia de prensa posterior a su primer encuentro oficial con la nueva jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, el secretario también reiteró que los aliados no reconocerán las así denominadas elecciones en el este de Ucrania.

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Ante la inestabilidad bélica, Ucrania ha formado nuevas unidades militares que pueden atajar un eventual intento de expansión de los insurgentes en las direcciones claves, según dijo Poroshenko antes de iniciarse la sesión del CSND. En caso de que se produzca una “evolución pesimista” en Donbás (las provincias de Donetsk y Lugansk), Ucrania puede actuar de forma decidida, ya que las unidades formadas permitirían ahora mismo atajar un avance en dirección a Mariúpol-Berdiansk (sur), hacia Járkov y Lugansk (norte) y Dnipropetrovsk (este). En los últimos dos meses, más de 100 soldados ucranios han muerto y otros 600 han resultado heridos en la zona de conflicto. Poroshenko dijo que se estaban construyendo tres líneas de fortificación y que las Fuerzas Armadas estaban siendo abastecidas con nuevo equipo. Refiriéndose a la zona controlada por los secesionistas, Poroshenko manifestó que “como Estado nos vemos obligados a garantizar un cierto bloqueo de este territorio para evitar que se difunda este cáncer” y aseguró que no excluía que el CSND tomara una decisión que “refuerce los puestos de control y límite los movimientos que pueden representar un peligro y un riesgo” de infiltración de grupos de “espionaje y sabotaje”. “No excluyo que tengamos que endurecer también el régimen económico”, afirmó el presidente, según el cual Ucrania sostiene una pesada carga económica al suministrar gas y energía eléctrica a Donetsk y Lugansk sin que la paguen. Según el presidente, no hay progreso en ninguno de los puntos de los acuerdos de Minsk, ni en el régimen del alto el fuego ni en la creación de la zona desmilitarizada entre las partes. Tampoco en la liberación de los rehenes, la retirada de la artillería pesada y el cierre de la frontera estatal ruso-ucrania.

En medios políticos ucranios reina la impresión de que Rusia seguirá apoyando a los separatistas hasta forzar el establecimiento de un corredor hasta Crimea, la península del mar Negro que Moscú se anexionó en marzo. Estos medios consideran que Crimea y también parte de Donetsk y Lugansk son territorios perdidos de hecho para Ucrania, entre otras cosas porque la capacidad militar de este país es muy inferior a la que pueden tener los separatistas apoyados por Rusia y también por la torpeza diplomática y política mostrada por Kiev en diferentes momentos de la crisis de cuyo comienzo está a punto de cumplirse un año. Algunas de las iniciativas que suenan hoy en Kiev incluso podrían alienar a la población de Donbás que todavía apuesta por Ucrania. Algunos de los nuevos diputados de la Rada Suprema, procedentes de batallones de voluntarios y destacamentos militares curtidos en la denominada “operación antiterrorista” en el Este, consideran la posibilidad de impedir el acceso al Parlamento a sus colegas veteranos, que en la anterior legislatura votaron a favor de unas leyes que restringían las libertades públicas. Así lo ha dicho Yuri Bereza, comandante del batallón Dnepr-1, que entró en el Parlamento en la lista del Frente Popular (la formación de Yatseniuk). Junto con otros legisladores-batalladores, Bereza quiere formar una asociación de parlamentarios a la que pueden sumarse los que hayan contribuido sustancialmente a la “operación antiterrorista”. El Bloque de Oposición, con 28 diputados, da cobijo a los supervivientes del partido de las Regiones presentes en esta legislatura, los cuales tienen su electorado en las regiones del Este de Ucrania. Sin embargo, también entre los diputados encumbrados por la guerra hay discrepancias, y voces sobrias como la de Simón Seménchenko, el jefe del batallón Donetsk, quien aseguró que no habrá enfrentamientos en el Parlamento: “No tenemos derecho a rebajarnos a nivel de espectáculo, aunque muchos esperan esto de nosotros”. La aplicación de la ley de “depuración” de las estructuras de administración de Ucrania se está aplicando ya en los ministerios y, en cumplimiento de la misma, el de Defensa ha procedido a despedir a los altos cargos de la Infantería y las Fuerzas Aéreas, lo que, según medios informativos ucranios, causa problemas para la operación militar en el Este.

Por otra parte, en Rusia se celebraron el martes distintas marchas dedicadas al día de la Unidad Nacional, una fiesta que fue introducida para sustituir al 7 de Noviembre, fecha en la que se conmemoraba la Revolución Bolchevique. En la principal marcha en Moscú, en la que se integraron los partidos presentes en la Duma Estatal, se pidió el reconocimiento de la RPD y la RPL.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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