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PERÚ

Estado de excepción en Arequipa por las protestas tras privatizarse dos eléctricas

La población lleva tres días de violentas protestas contra la privatización de dos empresas eléctricas

El Gobierno peruano ha declarado el estado de excepción y el control por las fuerzas militares de Arequipa, la segunda ciudad del país, durante 30 días para hacer frente a las protestas que desde hace tres días se llevan a cabo contra la privatización de dos empresas estatales.

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El ministro de Defensa, Aurelio Loret de Mola, ha anunciado la decisión, tomada por el Gobierno tras una sesión del Consejo de Ministros, y ha informado de que el general Oscar Gómez de la Torre Ovalle ha sido nombrado jefe del comando político militar que asumirá el control interno de Arequipa. En un comunicado emitido por la III Región Militar se señala que entre las 22.00 y las 5.00 horas (horario peruano) de la madrugada estará vigente el toque de queda en Arequipa.

El presidente peruano, Alejandro Toledo, instó ayer a la población del departamento surandino a la calma y advirtió que no tolerará la ruptura del Estado de Derecho, por lo que pidió que cesen las protestas contra la privatización de dos empresas eléctricas en dicho departamento.

El imperio de la ley

"El Gobierno está decidido a cautelar la democracia bajo el imperio de la ley y a defender con energía el Estado de Derecho, para lo cual hemos decretado la emergencia", dijo. "Tenemos que restablecer el orden y la seguridad ante los actos de violencia registrados contra la propiedad pública y privada". El mandatario estimó en cerca de 350 millones de nuevos soles (unos 100 millones de dólares) el valor de las pérdidas materiales provocadas por el vandalismo que se mezcló con las protestas.

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Toledo defendió la privatización de las dos empresas que están en el centro de la tormenta y sostuvo que "no es verdad que la privatización vaya contra las necesidades del pueblo arequipeño". Durante su intervención, el mandatario no respondió a las acusaciones de los gremios y alcaldes que lideran la protesta según las cuales no cumplió su promesa electoral de no privatizar las dos empresas que los arequipeños consideran rentables y propias de la región.

A pesar de que los militares asumirán el control de la ciudad desde hoy para poner coto a los desbordes de violencia que dejaron cerca de un centenar de heridos, Toledó dejó abierta la puerta a una solución dialogada convocando a Lima a líderes de la zona.

REUTERS

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