Kate Moss se apunta a las curvas

Más rubia, más serena y con más curvas que antaño. Así se mostró la famosa modelo británica Kate Moss en la gala de amfAR de Sao Paulo el pasado 27 de abril. Moss, que ejerció de maestra de ceremonias del evento organizado por esta ONG que capta recursos para la investigación de la cura contra el sida, vistió un modelo de terciopelo negro de Escada vintage que revelaba que su figura es, en la actualidad, la de una mujer más madura orgullosa de unos kilos que en los momentos álgidos de su carrera le habrían dejado fuera de la primera línea en su profesión.

Con 43 años la época de icono de la estética heroin chic ha quedado atrás y Moss disfruta de una nueva vida que también se aprecia en las formas de su cuerpo y en el contorno de su cara, más rollizo y saludable. A lo mejor algo tiene también que ver que como manifestó hace poco en la revista Vogue, hacer ejercicio no es una de las actividades en las que se encuentra más cómoda. Desde que a los 14 años  se cruzó por casualidad en un aeropuerto con un ojeador de la agencia Storm Models y la niña de rasgos especiales se transformó en la figura que copaba todas las portadas y se rifaban los diseñadores para sus desfiles más prestigiosos, la vida de la modelo británica ha cambiado mucho pero no así el glamour y la atracción que ejerce en el mundo de la moda. Su historia de amor con la agencia Storm llegó a su fin el año pasado cuando Moss anunció que abría su propia firma de representación, Kate Moss Agency, con el objetivo de gestionar la carrera de talentos que tengan algo más que una cara bonita. “Ha sido como irme de casa”, declaró en ese momento, “pero sentía que quería algo más que ser modelo”. Una actividad en la que ya ha hecho sus primeros fichajes: Elfie Reigate, hija de Rosenary Ferguson –su gran amiga y compañera de profesión en los años noventa– y Louis Baines que ya ha protagonizado varias campañas para Topman.

Kate Moss no era como las demás, se convirtió en un mito, en musa de algunas marcas como Calvin Klein y en un reclamo seguro para el negocio que se mueve detrás de la imagen de una top model. Sin duda la fama también tuvo su lado oscuro y ella misma ha confesado que durante una larga época sólo vivió para ir de fiesta en fiesta. El desenfreno de aquellos años en los que no faltó el alcohol, las drogas y más de un escándalo, además de sonoros romances como el que mantuvo con el actor Johnny Deep, parece aparcado. Su vida de empresaria ha marcado un nuevo camino y es capaz de tutelar a sus representados hasta el punto de recriminar a Elfie Reigate por tomarse un café durante una sesión de fotos por no tener edad para convertir la cafeína en algo cotidiano.

Con más o menos kilos, la británica sigue haciendo gala de ese aura especial que hizo afirmar a John Galliano: "Eso es lo que pasa con Kate; no puedes dejar de enamorarte de ella. Es mágica".