Una prestación necesaria para los padres de niños con cáncer
Desde el 2011, más de 8.000 trabajadores cuentan con una ayuda para poder conciliar y no disminuir sus ingresos ante esta situación demoledora para muchos padres
Desde el 2011, miles de padres cuentan con una ayuda económica para poder cuidar a sus hijos con cáncer u otra enfermedad grave que requiera que un adulto esté al cuidado de su pequeño. “Unas ayudas que permiten que el adulto trabajador pueda conciliar su situación personal con su empleo y no vea disminuidos sus ingresos”, explica María Sánchez-Arjona por teléfono, presidenta de la Fundación MásHumano. Una prestación que merece una mención en esta jornada, 15 de febrero, en el que se conmemora el Día Mundial del Cáncer Infantil.
“Tener un menor enfermo requiere mucho tiempo y son muchos los progenitores que desde el minuto cero abandonan su trabajo, por la gravedad de la situación, sin saber que pueden contar con una prestación que les ayudará mucho. La ayuda llega a cubrir el 99,9 % de la base reguladora”. Dicha presentación, según explica la experta, se suele comunicar por parte del hospital o el médico a los padres afectados. “Pero hay que mejorar los canales de comunicación para que la ayuda llegue a más gente por otras vías, como desde la propia empresa”, añade Sánchez-Arjona.
La prestación, aprobada hace seis años, fue promovida por un equipo de profesionales compuesto por médicos, abogados, profesores y la Fundación Máshumano. En este tiempo, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha destinado casi 150 millones de euros en ayudar a las familias de hijos con enfermedades graves.
“La prestación varía según el sueldo de los progenitores. La idea es que no noten la disminución de ingresos y puedan dedicarse de pleno a su pequeño. La resolución de la ayuda suele ser inmediata. En el primer mes, los progenitores ya la reciben”, explica la presidenta. El Ministerio de Empleo no ha facilitado el número total de peticiones por parte de los padres, pero lo que “sí sabemos es que en este tiempo más de 8.000 trabajadores la han recibido, miles de padres que han podido contar con esta ayuda conciliadora”, agrega.
La Prestación para el Cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave, se desarrolla por el Real Decreto 1148/2011 que entró en vigor el 1 de enero de 2011. Este decreto aclara que es “una prestación económica destinada a los progenitores, adoptantes o acogedores que reducen su jornada de trabajo para el cuidado del menor a su cargo afectado por cáncer u otra grave enfermedad. El subsidio tiene por objeto compensar la pérdida de ingresos que sufren los interesados al tener que reducir su jornada, con la consiguiente disminución de su salario (...) Esta prestación está incluida dentro de la acción protectora del Sistema de la Seguridad Social desde 1 de enero de 2011”.
La iniciativa surgió tras el estudio durante tres años de la situación de las familias con hijos enfermos, elaborado por la Seguridad Social, que concluyó: “Una prestación regulada es buena para las familias que están atravesando una situación difícil, buena para el hijo que estará acompañado por sus padres mientras está enfermo, y también para la empresa, puesto que evita bajas sin justificación, además de contribuir a fidelizar a su empleado".
“Antes de 2011, este tipo de situaciones se tramitaban como bajas por depresión, excedencias o reducciones de jornada que suponían una disminución de ingresos para la familia y mayor coste para la empresa. Con este subsidio, el padre o la madre (indistintamente y de forma complementaria) recibe la ayuda por la reducción laboral que solicita, en función de la gravedad y de la evolución de la enfermedad del menor”, explican desde la organización. “Una vez al mes”, prosigue Sánchez-Arjona, “los médicos evalúan la situación del menor y la prestación va variando según su estado”. El número de familias beneficiadas ha ido en aumento, “pasando de las 687 en 2011 a 2.150 en 2016, incremento que destaca la importancia y necesidad de la ayuda”.
“La prestación ayuda a los familiares, compensa la pérdida de ingresos que supone tener un hijo enfermo. Y es un gran alivio. Es verdad que todavía falta un canal de comunicación más, la empresa e informar a más hospitales, para hacerla mucho más accesible a las familias en esta situación de desesperanza. Pero ha mejorado la vida de muchos que antes, por esta situación personal, muchos llegaban a perder su trabajo. Además, este complemento fomenta la corresponsabilidad del cuidado”, explica Sánchez-Arjona. “La importancia y beneficios de esta nueva prestación sigue siendo plenamente actual tras estos años de vida”, concluye.
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