_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los banqueros del Opus

El Popular consagró un modelo de negocio distinto y evitó crear filiales de banca industrial

Xavier Vidal-Folch
El presidente del Banco Popular, Ángel Ron.
El presidente del Banco Popular, Ángel Ron.Pedro Puente Hoyos (FE)

Con el mutis de su presidente Ángel Ron declinan casi 60 años de un singular poder temporal del Opus Dei. El Popular era el único banco en que tanto el cogollo de la cúpula dirigente como el paquete de control de su capital (casi un 10% sindicado) militaban en esa prelatura personal.

Nació el Banco Popular de los Previsores del Porvenir, una suerte de cooperativa, en 1926, de la mano de un prohombre de la dictadura de Primo, Emilio González-Llana. Puso un dinerito incluso Alfonso XIII, pero la entidad tuvo solo un pasar hasta 1945.

Tomó entonces el control un hábil financiero catalán del mundo de los seguros, Félix Millet i Maristany, antiguo director de El Matí y democristiano de la rama Montserrat, catalanista. Convirtió la casa de los previsores en un banco. Y acabó cediendo capital y mando, en 1957, a su primo Luis Valls Taberner, de familia mitad textil algodonera, mitad bancaria, genética al 100% de la Lliga de Cambó. Y socio numerario del Opus.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Dos parejas de hermanos, los Millet (Félix y Salvador) y los Valls (Luis y Javier), encumbraron la minúscula entidad, arropados estos últimos por gente que sería muy principal. Como Rafael Termes, presidente de la patronal del sector e intelectual de la modernización bancaria. O Pepe Ferrer-Bonsoms, copiloto luego de Casimiro Molins —cementero y cuñado de Laureano López Rodó— en el grupo Banco Atlántico (antes Nonell)/Bankunión: del mismo sesgo, y promotor de las primeras autopistas españolas, pegadas a Barcelona, germen de la actual Abertis.

El Popular consagró un modelo de negocio distinto. Evitó crear filiales de banca industrial (junto a la nepotista concentración de riesgos en casa, causa de la crisis bancaria de los ochenta) y se concentró en el descuento de papel, la banca comercial, un paradigma silencioso y poco rimbombante similar al del Sabadell.

Con éxito indiscutido: tres veces fue considerado como el banco más rentable del mundo. La decadencia llegó al degenerar el modelo e implicarse tarde, mal y masivamente en el riesgo del ladrillo. Los epígonos de los Valls se jugaron el banco. Y seguramente el singular poder temporal a él asociado: depende de dónde desemboque. Falló la previsión del Porvenir.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_