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Sánchez Dragó publica su fórmula de la eterna juventud y es todo mentira

El escritor describe una demencial combinación de medicamentos y remedios naturales que puede ser perjudicial en personas sanas

En las primeras páginas del libro Shangri-la, el elixir de la eterna juventud, Fernando Sánchez Dragó, polémico escritor y presentador habitual de espacios culturales, vaticina que algunos de sus consejos y opiniones “levantarán ronchas entre los biempensantes de la salud y los profesionales de la medicina”. La obra revela el secreto del escritor de 80 años, un compendio de pastillas y remedios naturales, que le permiten encontrarse, como él asegura, con la misma vitalidad que cuando tenía 20 años.

Es cierto que desde el comienzo, el autor deja claro que se trata de literatura y justifica haberse metido a consejero de salud a petición de quienes quieren conocer la fórmula de su vitalidad. Pero también es verdad que Dragó ha llevado la ocurrencia tan lejos como le ha permitido la ley; y el Elixir Dragó se comercializa, a través de la empresa CNCE INNOVACIÓN S.L., en “farmacias, parafarmacias, herbolarios, droguerías, grandes superficies, páginas web y tiendas online”. Garantiza que su mejunje, una acumulación de medicamentos y remedios compilada a lo largo de los años, que incluye vitaminas, minerales, probióticos, hormonas, aminoácidos o antioxidantes, no solo alarga la vida, sino que permite disfrutar de una suerte de juventud perenne. "Dar con una síntesis de mis famosas sesenta y ocho pastillas (que ahora ya no llegan a cuarenta) sin infringir la legislación vigente ni adulterar el equilibrio entre los principios activos de mi fórmula y la letra menuda de la misma llevó varios meses. [...] En ella no figuran los fármacos propiamente dichos, como la testosterona, el Tromalyt o el Homocystrol, por ejemplo, que solo pueden adquirirse en farmacias y a menudo con receta médica", dice el autor en su página web.

"Hay principios activos en su 'elixir' que no deberían pasar por complementos alimenticios, que es como se comercializa la fórmula. En cualquier caso, lo que es evidente es que esto no cura nada" (Francisco Zaragozá, catedrático de farmacología)

En una de sus charlas, el también conferenciante cuenta que lo más importante de esta conjunción son los antioxidantes: "Morimos porque nos oxidamos". De este modo, asegura que algunas de estas sustancias como la melatonina o los extractos de granada son esenciales para su supuesta eterna juventud. Y de entre ellos destaca la "joya de la corona", el reishi, un hongo japonés al que se le atribuyen propiedades rejuvenecedoras. "Fortalece el corazón y las articulaciones, limpia los bronquios, estimula la actividad del cerebro, protege el hígado, suaviza el cansancio, desjarreta el insomnio, reduce (y a veces inhibe) los tumores, robustece los huesos, elimina el colesterol, pone en fuga a las alergias, apuntala el vigor del sexo y, en líneas generales, es prenda casi segura de feliz longevidad", dice el autor. ¿Tiene la fórmula del escritor algún sentido o sirve únicamente para engrosar la lista de peligrosos timos nutricionales que pueblan supermercados y farmacias?

Desde el Colegio de Médicos, el especialista Jerónimo Fernández Torrente es tajante: “Desde el punto de vista científico y médico una fórmula que se denomina elixir de la eterna juventud no existe y es un fraude. Es más, los componentes pueden interferir de manera negativa en la salud de las personas. El complejo B en su conjunto (en caso de alergia), la vitamina K2, la inulina, el iodo, el calcio, el magnesio, el cobre, o bien la cafeína, la levadura de cerveza o el hongo multiusos (reishi) al que se le atribuyen propiedades beneficiosas para todo tipo de enfermedades, pueden estar contraindicados y hasta representar un peligro en pacientes de muchas patologías médicas crónicas o provocar enfermedades en personas sanas”.

El catedrático de farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares Francisco Zaragozá se ha tomado la pócima de Dragó de un modo más relajado: “Desde luego, si el humor, la jocosidad y la ocurrencia alargan la vida, hay que admitir que ha dado con el elixir de la eterna juventud e incluso con el de la inmortalidad”, cuenta tras conocer la composición. “Se nota que ha leído cosas y las ha mezclado, pero su propuesta no tiene ningún rigor científico. Más allá de la broma y del despropósito hay que ponerse serios y, advertir de que, para empezar, este hombre parece tener una gran obsesión con las hormonas. Y la serrulata o extracto de palmetto, por ejemplo, están registrados como medicamentos, concretamente como antiprostáticos. ¿Se lo dan también a las mujeres o solo es un elixir para caballeros? También hay principios activos muy serios en su fórmula que no deberían pasar por complementos alimenticios, que es como se comercializa la fórmula. En cualquier caso, lo que es evidente es que esto no cura nada”, asegura.

La 'fórmula mágica de Sánchez Dragó'

Vitaminas

Minerales

Protección articular

Omega 3

Fibra

Probióticos

Hormonas

Metabólicos

Aminoácidos

Antioxidantes

Esta es la combinación exacta según el libro Shangri-la, el elixir de la eterna juventud, de Fernando Sánchez Dragó:

Ácido fólico (0,4 mg)

Biotina (0,06 mg)

Coenzima Q10 (200 mg)

Colina (50 mg)

Vitamina B1 (3,3 mg)

Vitamina B12 (0,0075 mg)

Vitamina B2 (4,2 mg)

Vitamina B3 (25 mg)

Vitamina B5 (10 mg)

Vitamina B6 (3 mg)

Vitamina D3 (0,0075)

Calcio (120 mg)

Cobre (1 mg)

Hierro (9 mg)

Magnesio (119,7 mg)

Yodo (0,1 mg)

Ácido hialurónico (40 mg)

Sulfato de condroitina (200 mg9

Cúrcuma (150 mg)

Sulfato de glucosamina (200 mg)

DHA (250 mg)

EPA (350 mg)

Inulina (300 mg)

Levadura de cerveza (100 mg)

Sabal o palmeto (Serenoa serrulata, 320 mg)

Cafeína (200 mg)

Ganoderma lucidum (reishi)

Melatonina (200 mg)

L-Glutamina (100 mg)

L-Lisina (150 mg)

Granada (125 mg)

Reservatrol (Vitis vinífera, 100 mg)

Zaragozá explica que la búsqueda del elixir de la eterna juventud no es nueva: “Desde la Edad Media se conoce la Triaca Manga, una fórmula que se consideró la panacea, y esta fórmula también me recuerda al Gerovital de la doctora Ashlan, o a la fórmula con glándulas de genitales de mono del general francés Voronoff. Él también estaba convencido de que su pócima le haría vivir muchos años, pero el pobre murió sin comprobarlo al caerse por las escaleras”, comenta antes de apuntar que lo más extraño de la fórmula "es que Sánchez Dragó no haya hecho honor a su apellido incluyendo la famosa sangre de drago en su receta".

Nutrientes esenciales y otros sin efecto

Ambos doctores coinciden en situar en el campo de la pseudociencia -incluso de la charlatanería- la mezcla de todo tipo de componentes y principios en una fórmula magistral o, en palabras del propio autor, "mágica". “La fórmula no soporta el más mínimo razonamiento lógico ni de honestidad intelectual y si a eso le añadimos el lucro comercial del libro por parte de una persona que no es médico ni sanitario debería ser objeto de investigación”, opina Fernández Torrente.

A Eduardo Baladía, del Centro de Análisis de la Evidencia Científica de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN), también le preocupan las posibles consecuencias negativas de quienes confíen en la fórmula del autor: “El interés es puramente económico y cuando se trata de la salud esto no tiene ninguna justificación”. Baladía admite que entre la gran cantidad de sustancias que lleva el preparado de Dragó, existen algunos nutrientes esenciales “que debemos ingerir porque nuestro organismo no es capaz de sintetizar” y otros nutrientes que no tienen ningún efecto: “Simplemente, placebo en el más optimista de los casos”. Pero también coincide con Fernández Torrente en que los “nutrientes y sustancias en las dosis propuestas, en algunos casos más del doble de las máximas recomendadas, pueden llegar a tener efectos perniciosos para la salud".

Más allá de los efectos placebo, engañosos o incluso fortuitos que promete el brebaje Dragó en el cuerpo de quien se aventure a su ingesta, existe una contraindicación emocional. “No solo somos biología, además tenemos biografía y por eso el envejecimiento es personal. A medida que envejecemos, cambiamos, nos hacemos diferentes y en ese sentido no existe ninguna receta mágica ni una solución que valga para todo el mundo”, lamenta la doctora en psicología y experta en personas mayores Gema Pérez Rojo, que es tajante al zanjar: “Si tuviera que decantarme por una regla para tener una buena vejez diría que si una persona tiene las capacidades cognitivas intactas debe tener la capacidad de tomar sus propias decisiones y ser protagonista de su vida”. Algo en lo que parece que Dragó sí es un experto.

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