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Vídeo: jamás una rueda de prensa fue tan violenta

La comparecencia de los luchadores Conor McGregor y Nate Diaz acaba en un desquiciado lanzamiento de botellas

McGregor increpa al equipo del estadounidense Nate Diaz, justo antes de la batalla.
McGregor increpa al equipo del estadounidense Nate Diaz, justo antes de la batalla.

Es imposible mascar un chicle con tanta violencia. Sientes pena hasta por la inocente goma de mascar. El luchador Conor McGregor (Irlanda, 28 años) y su forma de mover las mandíbulas marcan el tono de la que probablemente ha sido la rueda de prensa más salvaje de la historia. Fuera del cuadrilátero, sentado a la mesa frente a un micrófono, el luchador irlandés infunde una continua amenaza. Su cara tensa hace creer que McGregor fantasea con la idea de que Nate Diaz (EE.UU, 31 años), su eterno rival, es el que se encuentra entre sus muelas.

El irlandés, enloquecido, se levanta, coge las botellas de agua de la mesa y las proyecta contra su contrincante y, de paso, contra un público inocente que lucha por procesar lo que allí está ocurriendo

Estamos acostumbrados a las fanfarronas comparecencias de prensa antes de un combate decisivo. Es parte de la teatralidad de estos enfrentamientos. Pero a McGregor (que este verano ha pasado sus vacaciones con Cristiano Ronaldo) y Diaz se le fue de las manos ayer. Todo se tuerce cuando McGregor comienza con sus comentarios arrogantes, interpelando a Diaz y diciendo que le va a machacar. Ante estas palabras, Diaz decide abandonar la sala. Este gesto enerva aún más al irlandés, que empieza a gritar "eso, lárgate de aquí". Parte del equipo de Diaz abuchea las bravatas de McGregor, y este responde con un "joderos".

La paciencia de Diaz se agota y lanza una botella de agua hacia la mesa donde se encuentra su rival. Es sólo el segundo 15 del vídeo y ya empieza el desmadre: el equipo del estadounidense se enzarza con McGregor y lanzan todas las botellas que encuentran a su paso. El irlandés, enloquecido, se levanta, coge las botellas de agua de la mesa y las proyecta contra su contrincante y, de paso, contra un público inocente que lucha por procesar lo que allí está ocurriendo.

En el segundo 15 del vídeo empieza el desmadre: botellas e improperios vuelan por la sala.

La rivalidad entre ambos luchadores de la UFC (Ultimate Fighting Championship, el campeonato de artes marciales más importante del mundo) viene de atrás, pero el combate del pasado mes de marzo –donde Diaz venció al irlandés– terminó por hacerla insostenible. Un humillado McGregor amenazó con la retirada definitiva. Poco o nada acostumbrado a ser el derrotado, demostró no saber cómo llevar eso de perder. Pero pronto se desdijo.

"Estoy preparado para luchar y va a ser un auténtico espectáculo", aseguró ayer McGregor en una rueda de prensa que no tardaría en irse de madre. La revancha entre Diaz y McGregor, que tendrá lugar este sábado 20 de agosto, fue la razón por la que se reunieron en Las Vegas decenas de medios que vivieron atónitos cómo volaban botellas, insultos y amenazas por una sala de prensa que se convirtió en un campo de batalla.

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